Louis Van Gaal hizo famosa aquella miles de veces mentada frase de «Siempre negativo, nunca positivo». El principal empeño de Javi Calleja en su segunda parte como entrenador del Villarreal es desterrar definitivamente esa aureola de pesimismo y negatividad que rodea a todo lo que concierne al club amarillo esta temporada. Es su principal obsesión y ha regresado dispuesto a transmitir y contagiar optimismo y positivismo en todo lo relacionado con la actividad diaria con sus jugadores.

El Villarreal no gana un partido en Liga desde el 25 de noviembre, pero Calleja ha cambiado las broncas habituales en este tipo de casos para que sus hombres aumenten la autoestima y sepan que han hecho muchas cosas bien, sobre las que hay que continuar incidiendo para recuperar las constantes vitales y salir pronto de la zona de descenso.

VÍDEOS POSITIVOS / Los entrenadores suelen pasar vídeos a sus jugadores sobre las cosas que se han hecho mal y se deben corregir. Calleja ha girado la tortilla durante estos días, tras el buen partido ante el Espanyol, y ha cambiado el visionado de los fallos por el de las cosas que se hicieron bien. El técnico ha incidido en que contra el conjunto perico primó mucho más lo bueno que lo malo y que con esa actitud, intensidad y esa línea juego los triunfos van a llegar, seguro.

‘RESETEADO’ MENTAL / El psicólogo Calleja también ha puesto mucho acento en las charlas grupales. El técnico les ha hecho ver que un grupo de futbolistas que la pasada temporada concluyó en zona europea, y que ofreció grandes partidos, no puede haberse olvidado de jugar al fútbol. Calleja está intentando convencerles de que todos poseen una gran calidad individual y que esta saldrá pronto a relucir a poco que todos se olviden de la presión que les atenaza. Un ejemplo fue la tranquilidad con la que el Villarreal afrontó la primera parte del encuentro ante el Espanyol.

Al margen, el entrenador groguet se ha puesto a trabajar para rescatar el plus diferencial de jugadores como Gerard Moreno y Pablo Fornals, en este instante en letargo por el estado de estrés ansiolítico que afecta a ambos. En el caso del delantero y del centrocampista castellonense es más un problema de exceso que de defecto. Correr demasiado, y a destiempo, puede suponer tanto problema como no hacerlo.

Diálogo y diálogo. La vuelta de Calleja ha supuesto una entrada de una corriente de positivismo que todos concluyen debe mitigar el nerviosismo y la depresión que sufre un grupo no acostumbrado a estar en los puestos de la cola de la clasificación de Liga.

A pesar de que los resultados han sido muy negativos, el vestuario amarillo sigue trabajando en buena armonía. Y si existía alguna voz discordante, los pesos pesados del grupo se han encargado de apagarla, igual que el propio técnico, que ha vuelto con una cuota de poder muy superior a la que tenía antes de ser destituido en diciembre.

Ayer mismo organizaron un tentempié al término de la sesión preparatoria, con el dinero del bote de la plantilla. Calleja ejerce de psicólogo y está convencido de que el Villarreal saldrá del barro. Querer es poder.