Las personas como Simone Biles que sufren trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), alteración diagnosticada generalmente en niños y adolescentes, raramente en adultos, reciben tratamiento farmacológico cuando fracasa la terapia psicológica que pretende modificar la impulsividad e irreflexión que caracteriza su conducta. Los medicamentos más empleados son estimulantes del sistema nervioso central (SNC), en concreto, moduladores del neurotransmisor dopamina.

En situaciones normales, la dopamina incrementa la frecuencia cardiaca y la presión arterial, y puede causar incluso taquicardia, pero en las personas con TDAH actúa como equilibrador o modulador del sistema nervioso central. Uno de los más habituales para esta indicación es el metilfedinato. Este fármaco debe tomarse siguiendo estrictas pautas médicas. Es adictivo y causa tolerancia (para obtener el mismo efecto, es preciso ir aumentando la dosis ingerida).

CONDUCTAS DIFERENCIADAS

Los niños en tratamiento consiguen mejorar la capacidad de concentración y reducen las crisis de impulsividad. Cuando el déficit diagnosticado es de grado medio, es habitual que los pacientes tomen la medicación exclusivamente los días en que necesitan mejorar su concentración y el control de sus actos. No lo toman los fines de semana, por ejemplo, lo que se traduce, según cuentan sus familias, en conductas claramente diferenciadas.

Un alto porcentaje de profesionales de la psiquiatría discrepa de la opción de tratar con fármacos estimulantes a los niños con TDAH ya que, advierte, existe el riesgo de que desarrollen dependencia de las sustancias. Se trataría de adictos muy precoces, alertan.