Sergi Escobar, el entrenador que rescató al Castellón del pozo, se ganó la continuidad en un banquillo donde la exigencia, a la par que la ambición del proyecto, volverá a ser máxima. En menos de un año, pasó de dirigir en Preferente a debutar en Tercera y, lo más importante, liderar a los albinegros al ascenso.

-¿Cuál es su balance, hasta la fecha, de la pretemporada?

--Las sensaciones son buenas. Se trata de ir engrasando la maquinaria porque hay mucha gente nueva. Estoy contento porque llevamos una buena línea a seguir, aunque todavía falta tiempo.

-¿Qué diferencias encontrará la afición del Castellón respecto al salto de categoría?

--Sabemos que la exigencia será estar luchando con los equipos de arriba, por los play-off. Eso lo sabemos, no hay que esconderse, aunque hay al menos 10 equipos con nuestro mismo objetivo, entre los siete filiales y equipos históricos como el Hércules, Lleida, Sabadell... Habrá que prepararse para competir en una categoría con tantos buenos equipos.

-¿Qué pretende cambiar?

--La idea de juego no va a cambiar mucho, es la que nos condujo al ascenso. Lógicamente se han fichado jugadores para ese perfil, aunque intentaremos ser más ofensivos en casa. Vamos a basarnos en la practicidad y en hacernos fuertes en Castalia, como ya hicimos la pasada temporada.

-¿Cuáles quiere que sean las virtudes de este nuevo Castellón?

--Intentar dejar la portería a cero, ser un equipo solvente defensivamente, sobrio, agresivo, rápido y vertical cuando podamos... También camaleónico, para poder adaptarnos a todo tipo de campos, rivales y circunstancias que nos vamos a encontrar.

-Hay muchos futbolistas nuevos. ¿Cree que puede ser un hándicap en las primeras jornadas?

--Al final son 16 jugadores nuevos, es un reto, no es una tarea fácil. Estamos trabajando a tope para que eso no se note en el principio de la temporada, pero no vamos a ponerlo como excusa.

-¿Qué supone entrenar en Segunda B, lejos de las categorías a las que estaba acostumbrado?

--Para mí es un sueño haber pasado, en apenas 10 meses, de entrenar en Preferente a hacerlo en Segunda B, pero sin ningún tipo de miedo. Estamos preparados para hacer el mismo trabajo que nos llevó al ascenso. Personalmente he arriesgado mucho, porque he tenido que pedir una excedencia y he perdido el puesto de trabajo que yo tenía desde hacía 18 años, pero creo que este es un tren que pasa una vez en la vida. Siento que soy un privilegiado. Además, seguiré contando con el mismo equipo de trabajo, lo cual también es una ventaja.

-¿Cómo valora el arranque de la temporada?

--Esta temporada, para conseguir los tres puntos en cualquier encuentro, vamos a tener que luchar mucho. Va a estar todo muy igualado y los marcadores van a ser muy cortos, seguro. Lógicamente preferíamos empezar en casa; luego vamos a Ontinyent, donde hay varios exalbinegros; y a la tercera jornada, el derbi contra el Villarreal B, que está bien que sea tan pronto...

-Por último, lo de la afición es una auténtica locura, ¿no?

--Ya lo hemos ido recalcando durante toda la pasada temporada: es algo que no tiene nombre. Las imágenes que tenemos, sobre todo de los play-off, se nos quedarán grabadas para siempre... Esperemos que las de esta campaña sean parecidas, que las podamos repetir y que tengamos al menos siempre 10.000 espectadores en los partidos de Castalia.