Uno de los hombres de moda del planeta fútbol, Mohamed Salah, se está recuperando en Castellón. Teniendo en cuenta las posibilidades con las que cuenta la estrella del Liverpool para elegir dónde tratarse, la pregunta es obvia: ¿Por qué ha elegido esta provincia?

La respuesta tiene un nombre… y un apellido: Rubén Pons. Este fisioterapeuta nacido en Benicàssim es el hombre de confianza que el futbolista tiene en el cuerpo médico de su club. De hecho, tenía previsto acompañar al recientemente proclamado mejor jugador de la Premier al Mundial.

Por las manos de Rubén Pons han pasado un sinfín de jugadores de élite, pues comenzó su carrera como fisioterapeuta en el mundo del fútbol en el Villarreal, club en el que trabajó durante cinco años, cuatro de ellos a las órdenes de Manuel Pellegrini con jugadores de la vitola de Riquelme, Forlán, Cazorla… Sin embargo, su relación con el deporte rey no comenzó en el Submarino, sino en el club de su pueblo.

Desde una edad bien temprana, Rubén Pons ya tenía clara su pasión futbolística. Jugaba de mediapunta en el Benicasim y sus maneras llamaron la atención del CD Castellón, que le incorporó ya como alevín. En el conjunto albinegro llegó a entrenar incluso con el primer equipo, pero una inoportuna rotura de ligamento cruzado frenó en seco su progresión. Quizá de entonces le viene su afición actual por sanar jugadores.

Pese a que volvería a jugar en categorías regionales en equipos como Benicasim, de nuevo, o Almazora, compaginaría su carrera como jugador con los estudios como fisioterapeuta, que le han permitido disfrutar de una final de la Champions en persona.

Gracias a su etapa en el Villarreal, Rubén Pons conoció a jugadores como Coloccini, Cazorla o José Enrique, que le abrieron las puertas de la Premier. Precisamente con José Enrique comenzó a colaborar en su primera etapa en el Newcastle y, después en el Liverpool, club en el que trabaja las cuatro últimas temporadas y donde conoció a Salah.