La Mediterranean Epic by Gaes vivió ayer su tercera etapa, la más larga. No defraudó. Un trazado de 76 kilómetros con algo más de 1.500 metros de desnivel, que se convirtió en la etapa más selectiva.

La prueba volvía a Orpesa para el penúltimo día de esta carrera UCI S1. Tras los triunfos de Carlos Coloma (BH Templo Cafés UCC) y Damiano Ferraro (Trek Selle San Marco), la jornada era propicia para el ataque de los corredores que no pelean por la general. Pero no fue así, resultó un día para los aspirantes al triunfo final.

Dos subidas y dos bajadas marcaban el perfil de la etapa. La última ascensión -por terreno pedregoso- y la última bajada -muy cerca de meta- iban a ser los puntos calientes. Como era de esperar, un gran grupo rodó unido en la primera mitad. El líder, David Valero (MMR Factory Team), encabezó el pelotón aun sabiendo que suponía un mayor desgaste.

La carrera se dinamitó con un duro ataque del segundo clasificado en la general, Fabian Rabensteiner (Trek Selle San Marco). El grupo se fue seleccionando, pero Valero volvió a hacer valer su potencia física para liderar el último descenso. A su salida se formó un grupo de cinco bikers junto a Rabensteiner, Ferraro y Guerra (los mejores de la general), y un destacado Iván Díaz. Ferraro se sacrificó en el llano final, preparando la llegada para que su compañero Rabensteiner rematase la victoria al esprint y limase dos segundos a Valero, que sigue líder con 14 segundos de ventaja. Guerra consolidó su tercer puesto y los tres se jugarán hoy la general en la etapa final, que incluye el techo de la prueba, el Bartolo, a más de 700 metros.

En féminas, Ramona Forchini no perdonó, un día más, logrando su victoria de etapa más cómoda, llegando a meta con su compañera, Elisabeth Osl.