Dragomir Racic marcó a toda una generación de aficionados albinegros, que vibraron con aquel Castellón que, durante ocho temporadas, entre 1974 y 1982, contó con este aguerrido guardameta, que dejó una huella en el fútbol español por su envergadura deportiva, pero también por su carácter y humanidad. Esta semana, Racic vive unas jornadas de homenajes, que al margen de recuperar aquellas vivencias a los orelluts de 40 años para arriba, los más jóvenes han podido descubrir la figura de este gran portero.

Después de que el miércoles diese algunos consejos a los Racic del futuro, el serbio participó ayer en una conferencia que, en el Real Casino Antiguo de Castelló, llevó por ilustrativo título de Racic, el ídolo de mi infancia, moderada por el maestro José María Arquimbau. Allí pudo reencontrarse con compañeros suyos de aquel Castellón: Luis Cela, José Juan Cioffi, Juan Bautista Planelles, Víctor Salvador...

En medio más de un centenar de personas, entre ellas uno de sus herederos (Emilio Isierte) o el socio nº 1 (Antonio Colomina), el Pam, pam, orellut! al ritmo de dolçaina y tabal y un vídeo que glosaba su trayectoria en el Castellón sirvió de introducción, junto a la entrega de una camiseta personalizada a cargo del presidente orellut, Vicente Montesinos.

«No tengo palabras para describir cómo me siento», manifestó Racic, visiblemente emocionado, antes de que un torrente de anécdotas cautivase a la concurrencia: como tuvo que falsear su fecha de nacimiento para poder fichar por el Castellón (no le dejaban salir de la antigua Yugoslavia, si no tenía al menos 28 años), sus camisetas de colores para despistar a los delanteros rivales (en lo que fue un pionero también), su profunda amistad con Cioffi, las ofertas que recibió (Valencia, Sevilla o Atlético) cuando los extranjeros no podían cambiar de equipo en España, sus múltiples almuerzos en La Almazorina de la calle Gobernador...

No obstante, los homenajes todavía no han acabado. Mañana, Racic comerá con la afición en el Restaurante Pedro Marco (c/Taxida, 9) y el domingo hará el saque de honor en el Castellón-Orihuela, en el que los albinegros buscarán una victoria con la que continuar aspirando al liderato. Una final en la que no participarán Àngel Dealbert (sancionado) y William Domingues (lesionado), mientras que David Cubillas, con una fractura en la nariz que requerirá jugar con máscara, es duda.