El pasado día 21 de abril, de viaje en Nueva York, me bajé, como todos los días, Mediterráneo. Y como todos los días, tras un vistazo a la portada y a la información local, me fui a las páginas de deportes interesado en las últimas peripecias de mis dos equipos, Castellón y Villarreal (lo reconozco, un poco raro; en algún momento hasta llegué a propugnar su fusión para crear un invencible Deportivo La Plana). Me dio un vuelco el corazón: una semana de homenajes al gran Racic, el ídolo de mi infancia, incluido un acto en el Casino Antiguo con el título Racic, el ídolo de mi infancia!

Quienes entonces, como yo, éramos muy futboleros y muy quinceañeros sabemos, aunque lo tengamos por gran secreto, que Dragomir Racic ha sido el mejor portero de la historia. Nunca hemos vuelto a ver por los campos de fútbol un portero con tanto empaque físico y a la vez tan felino, tan elegante en la suerte de la palomita, con tal capacidad de blocar balones de modo inapelable, cuyas salidas achiquen tanto el espacio al delantero.

Buffon, Neuer, Casillas en sus buenos tiempos, Asenjo, Oblak, no están mal, pero nadie como el gran Racic. Siempre nos ha desconcertado, y nunca hemos agradecido suficientemente, que en el cénit de su carrera defendiera la portería del Castellón.

En mi caso, estas convicciones y sentimientos, que albergo desde hace decenios, se vieron reforzados porque asistí a varios partidos del Castellón en el Sadar, en Pamplona, cuando estaba cursando mi carrera de Derecho. En ellos Racic se salió, en algunos incluso fue ovacionado. Allí es también muy recordado.

En su honor llevo años utilizando el usuario «racic» en muchas aplicaciones de internet. Ahora tendré que pensar en otro nombre. Y ya puestos voy a tener que cambiar la pregunta, «quién marcó», que utilizo para recuperar mis contraseñas olvidadas. La respuesta, obviamente, es Planelles, el gol el del ascenso de 1973 al Mallorca. Qué complicación. Ya me estoy arrepintiendo de estar escribiendo este artículo.

*Presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores