Ni los populares más pesimistas esperaban un resultado como el del 21-D. Tampoco entraba en las cábalas de Xavier García Albiol, y mucho menos en las de la dirección del PP, que ya estudiaba las posibilidades de que su candidato a la Generalitat hiciera doblete y se presentase en el 2019 de nuevo como aspirante a la alcaldía de Badalona. Pero tras cosechar únicamente tres escaños en las urnas (llegaría in extremis un cuarto diputado en Tarragona gracias al voto en el exterior), Albiol puso su cargo a disposición de su jefe. «No te precipites»», le aconsejó Mariano Rajoy.

Albiol echó entonces el freno. Ante la prensa, señaló el viernes que «lo fácil» hubiera sido abandonar, pero que él iría dando los pasos pertinentes en cada momento, sugiriendo una marcha en diferido. Según ha podido confirmar este diario, la dirección popular le ha solicitado que aguante hasta que haya nuevo Govern o se convoquen otras elecciones.

Las fuentes consultadas insisten en que la decisión última es del propio presidente del PP catalán, pero que resultaría «poco responsable» tomar medidas internas mientras se intenta formar gobierno. «Hay que ser prudentes», añaden, recalcando que existen varias incógnitas ligadas al criterio de los tribunales y que conviene «no descartar nada», tampoco la repetición de comicios autonómicos por la imposibilidad de alcanzar acuerdos de investidura. Los detalles de la elección del futuro president no van a depender únicamente de los pactos que alcancen en los despachos los partidos catalanes. También tendrá mucho que decir el juez del Supremo Pablo Llarena. Como instructor de la causa abierta por rebelión contra varios altos cargos del independentismo, es el único que puede conceder o no permisos a los parlamentarios electos que se encuentran en prisión (Oriol Junqueras, Jordi Sánchez y Joaquim Forn) si solicitan acudir a votar a un pleno de investidura.

Además, si volviera a España Carles Puigdemont (a priori el candidato con más posibilidades, al encabezar la lista más votada del bloque independentista), podría ser detenido, como los otros cuatro políticos que le acompañan en su aventura belga. En ese contexto, tanto Puigdemont como el resto de la comitiva tendrían que solicitar también permiso a Llarena para estar en el Parlament el día de la investidura, sin poder dar por hecho que se lo vaya a conceder. Eso sin ahondar en la situación procesal en la que puedan quedar diputadas como Marta Rovira, de ERC, imputada por el Supremo.

Así las cosas, el equipo de Rajoy no quiere renovar aún el PP catalán, ya que enmarca las posible asunción de responsabilidades en lo estrictamente autonómico alegando que «Rajoy no se examinaba» el 21-D, como dijo el lunes en el popular Fernando Martínez-Maillo.