LA CORRUPCIÓN. «El rey del barro». Así se hacía llamar Raúl Bravo, exfutbolista del Real Madrid y la selección española, acusado de liderar una organización dedicada al amaño de partidos. Bravo, en libertad bajo fianza de 100.000 euros, manejaba un teléfono móvil «negro» o encriptado, según el sumario de la operación Oikos, para realizar «las comunicaciones que no quiere que sean interceptadas». e. p.