La fiesta del nuevo estadio de la Real Sociedad, antes Anoeta, ahora Reale Arena, fue completa al desarbolar los donostiarras con buen juego y tantos de Odegaard y Nacho Monreal a un Atlético desconocido, que despertó en el tramo final cuando todo estaba perdido.

Los locales parecían estar despitados sobre el campo, mientras el líder iba poco a poco cogiendo posición en el campo y cualquier error local significaba sufrir si el balón llegaba adelante.

Se despistó el conjunto rojiblanco mediada la primera parte y estuvo a punto de costarle muy caro cuando Isak habilitó un balón para que Oyarzabal, solo ante Oblak, lo tuviera todo a favor para haber hecho el primer gol, pero el esloveno desvió con el pie.

El primer gol de la Real llegaría en una gran jugada de Odegaard, que encontró la colaboración de Savic, al pegarle el balón en un pie y desviar su trayectoria dentro de la puerta de Oblak.

El Atlético estaba muy tocado y la Real no desperdició la ocasión para darle la puntilla. Nacho Monreal, asistido por el sueco Isak, logró el segundo tanto que dejaba ya encarrillada la victoria. Oblak sufrió un fuerte golpe con el balón en el rostro y tuvo que ser sustituido por Adán.