Las malas noticias se agolpan en el Madrid, tocado tras la derrota ante el Sevilla. El conjunto de Zidane se salvó ante el Málaga con dos goles de Ramos, el segundo en fuera de juego. A eso se une las lesiones de Marcelo y Modric, que podrían estar un mes sin jugar a la espera de los exámenes médicos. También los pasará Ronaldo, con un golpe en el empeine.

La historia se repite. Después de nadar en la abundancia con esos 40 partidos consecutivos sin perder o de fijarse como meta el triplete, el equipo se ha desplomado y da unos bandazos que han llegado a desesperar al público del Bernabéu. La afición vuelve a apreciar que el equipo no juega a nada y no duda en mostrar su desagrado.

«En momentos difíciles se necesita cariño y no más hostias y más palos», se quejaba Ramos, el héroe del encuentro ante el Málaga. También Zidane echaba mano de la hoja de servicio de su equipo para pedir buen trato a la afición. «Lo que hicimos hasta ahora es fenomenal. Los jugadores necesitan cariño y el entrenador, también», argumentaba el técnico francés. En ese «hasta ahora» al que apela Zizou es donde se ha quedado varado el equipo blanco.

Sequía delante

Al Madrid le falta fútbol, intensidad, ideas y ritmo. Todo eso ha quedado maquillado muchas veces por la chispa de sus delanteros. Sin embargo, la baja forma de Ronaldo y de Benzema dejan al descubierto la falta de respuesta ofensiva. Tal es así que con sus dos goles del sábado al Málaga, Ramos se ha encaramado en la segunda posición de máximos goleadores en Liga del Madrid, con un tanto más que Benzema, Bale y Morata.

Otro dato que deja claro el problema de los delanteros es que de las últimos seis dianas del equipo blanco, cuatro han sido obra de defensas. CR7 lleva dos partidos sin marcar y ante el Málaga volvió a la izquierda, careció de acierto y se le vio justo en el aspecto físico.