No hay redención posible para el Madrid, un equipo capaz de mezclar grandes hazañas con enormes batacazos. El último, el empate en Vigo que le deja a 16 puntos del Barça, reabre una crisis latente desde que acabó el año con el 0-3 en el clásico. Un hachazo que tiró por tierra la confianza de un equipo que vuelve a estar perdido y que en solo 17 jornadas se ha dejado 19 puntos por el camino, dos menos que en toda la pasada temporada. Un dato que señala nuevamente a Zidane, que vuelve a encallar al frente de una plantilla sin una idea en lo futbolístico y con evidentes síntomas de desunión que espera aprovechar el Villarreal el sábado en su visita al Bernabéu para engancharse a la pelea por la cuarta plaza.

Ya no se habla de la Liga en los foros madridistas ni de esperar un tropiezo del líder. No lo hace Zidane, que tras el último fiasco de Vigo, se desmarcó de la pregunta sobre si el campeonato estaba imposible. «No vamos a hablar de la Liga cada semana», espetó. Algo cercano a lo que dijo Mourinho en diciembre del 2012 cuando su equipo estaba a 10 puntos del Barça. «La Liga está casi imposible», afirmó el portugués. Sí esgrimió Zidane un análisis sobre lo que había mostrado su equipo: «No tenemos la confianza suficiente para jugar bien 90 minutos».

Defensa de cristal

Una frase explicativa, aunque no lo suficiente porque de lo que carece el Madrid es de una propuesta futbolística, tal como propuso en el arranque del curso. Sin embargo, de aquel equipo fresco y vigoroso del verano no queda nada. La defensa vuelve a ser de cristal y el medio del campo carece de jerarquía. Pese a ello, pasa por ser lo más solvente. Zidane sentó a Modric e Isco en Vigo y su equipo apenas volvió a tocar el balón.

Arriba, Benzema, Ronaldo y Bale suman 10 goles entre los tres en Liga. Dos el francés en 12 partidos de Liga, cuatro el portugués en 13 y cuatro de Bale en siete. Los dos goles del galés en Vigo le devuelven un protagonismo tapado por las lesiones. La prensa inglesa no ha pasado por alto su actuación ante el Celta y el en caso del diario Mirror se llega a apuntar que «el tiempo de Cristiano Ronaldo como rey del Bernabéu parece estar llegando a su fin después del doblete de Bale». El Madrid es el tercer equipo más goleador con 32 tantos, 16 menos que el Barcelona y seis menos que el Valencia. El conjunto blanco lleva 14 goles menos que la pasada temporada, entre otras cosas por la falta de acierto de Cristiano. No marcó en el clásico y tampoco lo hizo en Vigo, donde su paso supuso todo un cursillo de impotencia.

Bajón en las segundas partes

No fue el único porque la segunda parte del conjunto blanco fue un despropósito con un rosario de errores en cadena. Una respuesta más a los números de un equipo que se desvanece tras el descanso. El Madrid ha marcado 23 goles en las primeras partes y ha encajado solo seis, mientras que en la segunda mitad solo ha marcado nueve y le han hecho 10.

La primera explicación a eso sería el aspecto físico, pero Zidane no lo cree así. «Estamos bien físicamente y la segunda parte no es cuestión de correr», asegura el técnico francés. Se olvida de la falta de concentración y de intensidad de sus jugadores, que mostraron un abandono impropio para lo que se ventilaba en el encuentro. De todo eso ha tomado buena nota el técnico francés, que tiene el apoyo de Florentino.

Otra cosa es dar con la tecla para ahuyentar los males del equipo. Zidane, que acaba de ser elegido por France Football como mejor entrenador del 2017, está preparado para salir del Madrid en cualquier momento. «Sé que no me quedaré 10 años en el Madrid. Sé que un día esto se acabará. No estoy protegido por lo que he hecho como jugador en este club. En el fútbol, si se sabe hacer, las cosas siempre funcionan», ha afirmado Zidane.