El Real Madrid y el Sevilla lucharán esta tarde (20.45 horas) en el estadio de Lerkendal (Trondheim, Noruega) para conseguir proclamarse campeones de la Supercopa de Europa, en el que será el primer título de la temporada.

Tras la derrota hace dos años en la misma competición en Cardiff contra el equipo merengue (0-2), los sevillanos afrontan el encuentro «sin ningún temor y queriendo jugarle al Real Madrid de igual a igual» según manifestó el técnico argentino Sampaoli ayer en la rueda de prensa previa al encuentro.

El Sevilla, que juega su tercera Supercopa de Europa consecutiva, intentará sumar su segundo trofeo, después del que logró en el 2006 frente al Barcelona, lo que supondría una carga de moral de cara a la Supercopa de España frente a los azulgranas el 14 y 17 de agosto.

Los sevillistas llegan a este partido tras vencer los cinco amistosos que han jugado durante su pretemporada: frente a River Plate (1-3), Independiente Santa Fe (2-1), SV Sandhausen (1-2), Mainz 05 (0-1) y St. Pauli (2-1).

Frente a un Sevilla muy renovado con las llegadas de Pablo Sarabia, procedente del Getafe, Mattías Kranevitter, prestado por el Atlético, o el brasileño Ganso del Sao Paulo, el Real Madrid se presenta con la plantilla con la que ganó la Liga de Campeones, aunque en este primer partido oficial contará con numerosas bajas.

Cristiano y Pepe no serán convocados para el partido tras las molestias que arrastran como tampoco lo serán Bale y Kroos, quienes iniciaron la pretemporada hace apenas unos días por lo que todavía no están al mismo tono físico que el resto de sus compañeros de vestuario.

Quien sí parece tener un lugar en el once de hoy es Álvaro Morata, quien se encargará del ataque madridista, debido a que Benzema sigue siendo una incógnita por molestias en la cadera. Las notables ausencias en el equipo merengue son minimizadas por sus contrincantes. «Se habla de que pueden faltar jugadores importantes, pero no se puede discutir que cualquier jugador de su plantilla tiene un nivel muy alto», explicó el capitán sevillista, Vicente Iborra. «Nosotros, aparte de la ilusión, tenemos mucha ambición, queremos ser protagonistas, tener el balón lo máximo posible y ganar el partido», añadió el sevillista.

Para Sergio Ramos, la final de esta tarde supone un reencuentro con su antiguo equipo en el que se formó y se dio a conocer en el fútbol español, lo que le da un carácter particular. «Siempre que juego con el Sevilla es un partido especial, son los dos equipos de mi vida, eso no va a cambiar nunca. Le tengo un cariño muy grande al Sevilla, pero debo mirar por lo mío», afirmó el madridista.