El primer test del nuevo Villarreal fue positivo. No por el resultado ni por el juego, como era lógico al llevar el equipo apenas nueve días de trabajo, pero las sensaciones fueron buenas y se pudo percibir que cuando el motor lleve más kilómetros recorridos el Submarino está llamado a ser importante durante la temporada, en la que el principal reto vuelve a ser luchar por las plazas europeas. Además, significó el regreso de Cazorla después de 21 meses (636 días) sin jugar debido a las lesiones. Tras un sinfín de operaciones volvió a sentirse futbolista, ya que Javi Calleja le dio unos minutos. Ingresó en el minuto 67 y la ovación del público fue para recordar, aunque los aplausos aparecieron ya en el momento en el que saltó a calentar.

Fue un momento especial, que le sirvió para recuperar sensaciones. Y también fue el primer partido de Calleja en el primer equipo en una pretemporada y su única intención era hacer probaturas. Como era evidente —con 23 jugadores convocados— alineó dos bloques totalmente diferentes, combinando presumibles titulares en ambos onces y probando diferentes sistemas de juego. Así, en el primer acto decidió jugar con el rombo, con el recién llegado Cáseres como medicentro, Samu Castillejo y Pedraza por bandas, y Fornals de enlace con el ataque. Con este dibujo también probó abrir el campo, subiendo los laterales y abriendo a banda a los centrales, retrasando su posición Cáseres para recibir el balón e iniciar la jugada.

No obstante, fue un primer periodo sin apenas profundidad, con poco peligro en ambas áreas. En el Villarreal lo más peligroso fue una falta de Castillejo que pegó en el larguero (min. 22), los cabezados de Mario (min. 32) y Funes Mori (min. 41), que se marcharon fuera y una cabalgada de Adrián Marín pasado el cuarto de hora, pero su centro no encontró rematador en el área pequeña.

Más intensidad

La segunda mitad fue más vistosa y algo más entretenida. En primer lugar, porque cuando apenas se habían disputado tres minutos el Submarino se adelantó en el marcador, con un gol obra de Gerard tras rematar a placer un pase de Miguelón desde la línea de fondo. Apenas cuatro minutos después, Nahuel tuvo el segundo.

La reanudación también comenzó con un cambio táctico, ya que se pasó del rombo a una línea de cuatro, con Leo Suárez y Nahuel por bandas, y Ramiro Guerra (luego Cazorla) y Morlanes, por el centro. El Submarino estuvo más incisivo, pero el Hércules no se rindió y empató.