Hace tan solo 11 meses, Tiger Woods, confesaba que desconocía lo que depararía el futuro después de su cuarta operación de espalda, un último intento desesperado por recuperar su lugar en el mundo del deporte. “Ni siquiera sé si voy a volver a jugar a golf. No tengo ni idea de qué torneos jugaré. Cada torneo en el que juegue, se convertirá en un desafío”, admitió.

Después de una actuación memorable este pasado domingo, en la última jornada del Campeonato de la PGA, el último Grand Slam de la temporada, puede decirse sin lugar a dudas, que el jugador californiano, de 42 años, ha vuelto física y mentalmente al primer plano del golf después de unos años de travesía por el desierto, peleando con sus dolores de espalda hasta acabar desapareciendo de los ránkings.

El estadounidense Brooks Koepka, de 28 años, fue quien conquistó el título y se embolsó los cerca de dos millones de dólares como ganador de la 100º edición del campeonato de la PGA en el Bellerive Country Club de San Luis, con 264 golpes, 16 bajo par, el mejor resultado en la historia de este torneo. Pero Woods, que posee 14 títulos del Grand Slam en su palmarés, fue el centro de todas las miradas al pelear hasta el último momento por la victoria, para ser finalmente segundo a dos golpes de Koepka, mientras Jon Rahm acabó en la cuarta plaza, con 11 bajo par, y Rafa Cabrera Bello finalizó décimo.

"Lo intenté"

Hacía nueve años, precisamente en otro PGA, que Tiger no finalizaba en la segunda plaza y confirmó las excelentes sensaciones del reciente Open Británico en las que acabó empatado en el sexto lugar, a pesar de que durante su último recorrido, especialmente en los nueve primeros hoyos, sufrió como nunca para poner el drive en la calle, situación que acabó también por condenarle.

“En el Open llegué a tener el liderato, pero aquí estuve siempre por detrás. Brooks jugó a un excelente nivel. Tenía que llegar a ocho bar par y lo intenté”, explicó Woods al acabar su vuelta, para admitir las excelentes sensaciones con las que cerró el torneo, casi como si se hubiera llevado la victoria. “Estoy encantado. Hace unos meses nadie habría dicho que iba a estar en la pelea del Open Británico y del PGA o que mi nombre iba a estar en las conversaciones de la Ryder”, contó el jugador californiano, jaleado y vitoreado durante todo el recorrido por una legión de seguidores, felices con su recuperación.

Salto en el ránking

Con su segundo puesto en solitario en el PGA, Tiger da un gigantesco salto en el ránking mundial y se coloca el 26º del mundo, justo detrás del castellonense Sergio García, que no pudo superar el corte (es su quinto Grand Slam consecutivo alejado del fin de semana) y dos posiciones por delante del canario Rafa Cabrera Bello. Es la mejor posición de Woods en más de cuatro años y, prácticamente, una garantía de que estará en septiembre en París como vicecapitán y jugador del equipo estadounidense de la Ryder.

El triunfo también tendrá una recompensa para Koepka, que alcanza la segunda posición del ránking, solo por detrás de su compatriota Dustin Johnson, a quien tiene a tiro después de su su tercer grande en un margen de apenas 14 meses (Open de EEUU 2017 y 2018 y el PGA 2018). Koekpa se convierte así en el quinto jugador de la historia en ganar en el mismo año en Open de EEUU y el PGA por detrás de nombres de leyenda como Gene Sarazen, Ben Hogan, Jack Nicklaus y el propio Woods.