Sobrevenidos los meses decisivos, Solari ha ido adecentando la temporada del Madrid a base de priorizar la robustez defensiva, con el impulso de los jóvenes liderados por Vinicius y la redención de los veteranos; hasta encandilar al madridismo con una racha prometedora en 2019. Con el proyecto nuevamente en plazos de entrega, se ha reforzado la confianza en llegar a tiempo para competir en los concursos importantes, pero el desafío es imponente.

La última visita del Madrid al Camp Nou, con un indecente 5-1, supuso la constatación de que el proyecto de Lopetegui estaba acabado. Con Solari llegó una ventana complaciente del calendario que el argentino aprovechó para apuntalar un equipo al que se le estaba cayendo encima su lujoso techo de cristal.

El Madrid encadenó entonces tres partidos sin encajar gol, con con Odriozola y Reguilón en los laterales, con Llorente de vuelta a la dinámica y con apariciones recurrentes de Valverde y Ceballos, en detrimento de Isco.

Directrices de Solari

Las primeras decisiones de Solari, camufladas en rotaciones, ya marcaron el camino a seguir: jóvenes frescos y desbordantes de ambición que pudieran reavivar al equipo, física y futbolísticamente, para empezar a competir a la espera de que las estrellas aparecieran.

El crecimiento del Solari en el Madrid no ha sido constante. Con la arriesgada decisión de sacrificar a Isco y las contundentes derrotas en Eibar, Moscú y el Bernabéu ante la Real Sociedad, el equipo ha ido construyendo el laborioso muro de la confianza a fuerza de recuperar las buenas sensaciones tras los batacazos.

El regreso de los consagrados

Con el transcurso de los meses, más jugadores con peso en el equipo se fueron apuntando a una temporada a la que algunos todavía no han llegado. A la espera de Marcelo o Bale, Ramos, Modric y, sobre todo, Benzema son el máximo exponente de la recuperación de un grupo de jugadores que sí está en disposición de colocar al Madrid entre los aspirantes a los títulos.

Por el camino, la aparición de Vinicius ha llevado la trascendencia de la esplendorosidad de la juventud en el equipo hasta límites insospechados, ya por delante de Bale en todos los corazones madridistas. El brasileño está funcionando como el complemento perfecto de los mejores momentos de un Benzema esplendoroso.

La gran mejora defensiva

Sin embargo, el cambio fundamental ha sido la consistencia defensiva. Además de la fulgurante aparición de Llorente como una alternativa a Casemiro, Solari se ha encomendado al trabajo solidario de cada jugador que alinea, con Lucas Vázquez a la cabeza, para hacer del perenne 4-3-3, al que no se entregó desde el principio, un sistema lo suficientemente sólido como para que el ataque luzca.

Nunca se sabrá si fue gracias a las numerosas bajas que sufrió el Madrid en el inicio de 2019, o a pesar de ellas, pero Solari encontró el momento de ruptura ante el Sevilla, con un equipo lleno de nombres impredecibles a principio de temporada, desde Reguilón hasta Lucas Vázquez, pasando por Vinicius. El Madrid renació ante el mismo rival que desencadenó la crisis con Lopetegui, casi cuatro meses después.

Me ha parecido el mejor Madrid de los últimos tiempos, reconocía Machín, técnico sevillista, tras el partido. Con balón estuvo muy seguro, estuvo muy implicado, presionó y fue capaz de jugar en campo rival toda la segunda parte, analizó, dando unas claves que el Madrid de Solari ya no ha abandonado.