Cuando el mundo se preparaba para que el mejor atleta de todos los tiempos se despidiese con un oro, Bolt demostró que hasta los más grandes, hasta los dioses, pueden ser terrenales. Usain encaraba la recta final de su posta, la última del relevo jamaicano en la final del 4x100, tratando de recortar distancias y al menos, como el hectómetro, lograr el bronce... Pero se lesionó.

Una imagen que está dando la vuelta al mundo y que puede ser icónica, representando lo cruel que llega a ser el deporte. El Relámpago rechazó la silla de ruedas que rápidamente le ofrecieron, pero se retiró a los vestuarios del Estadio Olímpico desconcertado, mientras Gran Bretaña celebraba que había dado la sorpresa: se colgó el oro, por delante de EEUU (plata) y Japón (bronce).

Otro adiós fue el de Mo Farah. Tras lograr el oro en el inicio de la competición en los 10.000 metros, fue plata en los 5.000, superado por el etíope Muktar Edris (el británico se pasa al maratón).

Sin duda alguna, Londres ha asistido a un relevo generacional más abrupto de lo esperado.

En cuanto a los españoles, Ruth Beitia confirmó las malas sensaciones con las que llegaba a la cita y fue la primera eliminada de la final, al no superar el listón de 1,92 metros. Sus palabras posteriores suenan a retirada.

En decatlón, Jorge Ureña y Pau Tonnesen, representantes del Playas, completaron una excelente segunda jornada para terminar 9º y 14º, respectivamente.

Destacar que Samuel García (Playas), formando parte del relevo 4x400 junto a Óscar Husillos, Lucas Búa y Darwin Echeverry, dio la sorpresa al meterse en la final del 4x400. Será la última prueba de estos campeonatos.

Unas horas antes, en marcha, los también playeros Francisco Arcilla (50 kilómetros) y Álvaro Martín (20) salen a escena. En esta prueba, Miguel Ángel López puede evitar que España regrese de vacío de Londres, aunque todavía quedará, por la noche, la bala de Adel Mechaal en los 1.500.