La Real Federación Española de Fútbol (RFEF), después de una reunión en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, ha emitido un comunicado respecto al Barcelona-Real Madrid del 18 de diciembre.

El organismo "manifiesta que, exactamente igual que en todos los encuentros de las competiciones oficiales y al tratarse de un espectáculo público, no ostenta ningún tipo de competencia en materia de seguridad". Sin embargo, matiza que "aplicará la reglamentación vigente tanto antes como durante y después del partido, si se produjeran situaciones de fuerza mayor o circunstancias en las que fuera necesaria la aplicación de la disciplina deportiva".

"Del mismo modo --profundiza--, como es habitual, la RFEF se encuentra en contacto con las fuerzas de seguridad para coordinar la llegada del equipo arbitral a las instalaciones del Camp Nou según los protocolos establecidos", concluye el comunicado.

¿CAMBIO DE SEDE?

Ha pasado un mes y medio desde que se aplazara el clásico, previsto inicialmente para el 26 de octubre, debido a la inestabilidad social en Cataluña. Sin embargo, pese al desmentido por parte de algunos organismos oficiales, existen dudas en torno a garantizar la seguridad de cara al día 18.

El movimiento Tsunami Democràtic ha convocado una concentración alrededor del Camp Nou el día del clásico y ha amenazado con "acciones" si no les dejan introducir pancartas con determinada leyenda política, tanto en la grada como en el terreno de juego, lo que podría complicar la disputa del encuentro.

Los Estatutos de la RFEF autorizan al organismo que preside Luis Rubiales para cambiar el partido de escenario, si la situación lo requiere debido a una circunstancia de fuerza mayor.