La polémica sobre las suspensiones de las carreras populares de montaña volvió a florecer ayer en la provincia de Castellón, en esta ocasión en Alcossebre. En la zona costera del municipio de Alcalà de Xivert tenía que celebrarse la VI Pujà a Santa Llúcia, una de las clásicas del running de montaña estival y que organiza anualmente el club Amics de les Curses Populars Alcalà-Alcossebre.

Con una inscripción de 225 participantes, muchos de ellos llegados desde todos los rincones de la provincia y zonas de Valencia, Teruel y Tarragona, los runners vieron como su madrugón no sirvió para nada. No en vano, la salida estaba prevista para las 7.30 horas de la mañana, con lo que la gran mayoría de participantes tuvo que poner rumbo a Alcossebre entre las 5.00 y las 5.30 horas aproximadamente.

Pero la sorpresa fue mayúscula cuando tanto el club organizador, como el Ayuntamiento de Alcalà de Xivert, tuvieron que suspender la prueba definitivamente a las 6.30 horas.

por imperativo / Las rachas de viento previstas en el término municipal xivertense pusieron en aviso a los organizadores el pasado sábado por la tarde, puesto que ya se les indicó que había alerta nivel 3 de riesgo de incendios. Pero dicha noche se les informó de que la situación había mejorado. La sorpresa fue cuando a las 6.00 horas se personaron en la zona de la salida agentes de la Policía Local y del consistorio, informando de la existencia de la situación de preemergencia 3.

La organización tuvo que ceder al verse obligada a la suspensión. Carlos Adell, presidente del club Amics de les Curses Populars Alcalà-Alcossebre, no ocultaba su decepción: «Ha sido una decisión dura de tomar, pero no podíamos hacer otra cosa. Tenemos claro que sí podía haberse realizado la carrera sin problema alguno, porque la seguridad y el control de los runners estaban garantizadon», explicó a Mediterráneo.

«Pero la normativa existente ahora es tajante y al Ayuntamiento no le ha quedado más remedio que instarnos a tener que suspender la carrera», añadió.

las consecuencias / Tras la decisión oficial, el speaker contratado por la organización informó a los corredores de la situación, ante la indignación e incredulidad de los runners, puesto que pese a que la normativa es clara, no se mide por el mismo rasero a todas las pruebas de montaña, como recalcó Adell: «No quiero que parezca esto una pataleta, pero parece que no todas las carreras o pruebas populares seamos igual. Cuando es un acontecimiento algo más importante y de mayor notoriedad, da la sensación de que tengan mayor impunidad». «Eso es lo que no puede ser, si la normativa está así estipulada, debe ser igual para todos», dijo.

Por reglamento, no se devolvió el importe de las inscripciones, pero se les entregó a los runners la bolsa del corredor y la camiseta conmemorativa de la prueba.

ENTRENAMIENTO voluntario / Los atletas decidieron hacer la carrera por su cuenta a modo de entrenamiento, sin controles ni asistencia, y el club xivertense les obsequió con un avituallamiento en la zona de salida-meta.