La selección española está a horas de emprender viaje a Rusia, pero casi todo lo que sucede a su alrededor es motivo de debate. Ni siquiera la visita ayer a Las Rozas de Pedro Sánchez, en uno de sus primeros actos oficiales como presidente del Gobierno, apaciguó la polémica, centrada en la visita de los vampiros a la concentración, el caro viaje programado por Juan Luis Larrea y la respuesta de Sergio Ramos a los efectos causados por su golpe al portero Loris Karius en la final de la Champions.

El presidente del Gobierno aprovechó la visita para entregar la Real Orden del Mérito Deportivo a Andrés Iniesta, deseando suerte a la Roja. «Estoy seguro de que vais a tener una trayectoria en este Mundial extraordinaria, que va a ser el inicio de una gran aventura», dijo Sánchez en un acto programado inicialmente para Rajoy.

Al final del día se supo que Lopetegui medita llevarse al exgroguet Rodri y al madridista Vallejo como premio por su buen hacer en estas jornadas de preparación y ante la posibilidad de que surja algún contratiempo en alguno de los 23 inscritos para el Mundial, pues se pueden hacer cambios hasta 24 horas antes del inicio del torneo.

Análisis

Horas antes de que la selección se hiciera la foto oficial, los internacionales recibieron la visita de los médicos de la FIFA para los pertinentes análisis. Después, todos a entrenar. Mientras, Luis Rubiales, que el domingo en Vila-real (antes del España-Suiza) había denunciado el despilfarro de su antecesor al frente de la Federación, salió a la palestra.

«Yo no me invento nada. Hay actas donde se ve quién, cómo y de qué manera se aprobó este viaje», aseguró. «Sorprendentemente, después de mis declaraciones, ese viaje, que se nos dijo que no se podía anular, ahora sí se puede. Y lo hemos hecho con el consiguiente ahorro para las cuentas de la federación», detalló el máximo mandatario de la RFEF, que informó: «Vamos a dar dos viajes: uno más corto, de unos 100.000 euros, para familiares de jugadores, directivos; y otro más largo, de dos noches, con un presupuesto de alrededor de 400.000 euros, por lo que hay un ahorro de un millón y medio de euros». «Luego nos plantearemos cerrar otro para una hipotética llegada a la final, nada más», zanjó.

Y, para rematar el día, Ramos, que se refirió a la polémica que le acompaña desde la final de Kiev, tras lesionar a Salah y el incidente con Karius, que sufrió una «conmoción cerebral» tras chocar con él, como se ha sabido esta semana. «Viendo la jugada, él me agarra primero del brazo y yo caigo al otro lado; de hecho se lesiona el otro brazo y dicen que le hago una llave de judo», afirmó el capitán blanco sobre el egipcio. «El portero dice que estaba conmocionado por un choque conmigo. Solo falta que Firmino [jugador del Liverpool] diga que estaba resfriado porque le cayó una gota de sudor mía», respondió.