No falló la Roja en una cita clave metida con calzador en el final de curso, pero que no llegó a desviar del todo la atención del combinado de Lopetegui que mostró su superioridad ante un rival menor para acabar sufriendo tras una segunda mitad en la que especuló hasta poner en peligro un triunfo (1-2) que le mantiene líder del grupo a la espera de la trascendental cita con Italia del próximo 2 de septiembre en el Bernabéu. Silva y Diego Costa marcaron en la primera mitad que dejó ver la magia de Iniesta, la frenética actividad de Isco y la movilidad de Silva, elegido mejor jugador del partido, antes de complicarse la vida.

De la brillantez a la vulgaridad. De sentirse superior a terminar pidiendo la hora ante un rival sin empaque y sin ninguna jerarquía como para terminar acogotando a una selección cargada de estrellas que mostró dos caras muy diferentes. La de la primera mitad tuvo altura gracias a la chispa de tres jugadores bajitos, pero con un nivel muy alto de fútbol. Gracias a ellos y a una buena puesta en escena, la Roja mandó en la primera mitad sin conceder nada a su rival y sin sobresaltos. Ni el mal estado del césped, que fue regado antes del encuentro como solicitó Lopetegui, ni una selección cuyo pedigrí estaba en lo mal que se lo hicieron pasar a Italia (2-3) impedían que se cumpliera el objetivo de agarrarse al liderato y echar el cierre al exitoso camino del seleccionador español, que no conoce la derrota.

Parecía muy difícil que llegara en un choque dirigido por la batuta de Iniesta, la agilidad de Silva y la gran actividad de Isco. Un trío que dejó acciones para el vídeo y que puso patas arriba a la débil defensa local. Junto a ellos apareció la mejor versión de Jordi Alba, dueño de la banda izquierda. Por ahí se gestó el primer tanto. Un pase magistral de Iniesta por encima de un defensa llegó a Alba y el azulgrana se la puso atrás a Silva que se revolvió para marcar con la derecha (m. 15).

El gol no desvió de su idea a la selección, que buscó ampliar la herida, lo que consiguió en una gran acción de Isco, que se pasó el balón de derecha a izquierda para terminar con un pase para que Costa marcara a placer (m. 27). Isco pudo hacer el tercero, pero su disparo salió cerca del poste.

PIDIENDO LA HORA / Ahí acabó la productividad del equipo de Lopetegui, que se abandonó en la segunda mitad. Poco después de que Piqué estuviera a punto de marcar de cabeza llegó el tanto local tras una cadena de errores que aprovechó Ristovski para sacarse un fuerte disparo con la derecha con el que batió a De Gea (m. 66). A partir de ahí llegaron los nervios y un tremendo sobresalto final con el intento de remate de Nestorovski, que pidió penalti de Ramos. Fue el epílogo a una tarde que comenzó con holgura y terminó con unas estrecheces impropias de la diferencia entre ambas selecciones.