Después de seis derbis sin ganar, el Madrid no tendrá que esperar a otra final de Champions para celebrar otro triunfo sobre el Atlético y dejarlo a nueve puntos de la cabeza. A punto de cumplirse seis meses de la batalla de San Siro, el equipo blanco largó otra cruel bofetada a su vecino justo el día en que se vivía el último duelo liguero entre ellos en el Calderón. El gran verdugo fue Cristiano Ronaldo, que se reivindicó con tres goles a Oblak, un portero al que hasta ayer solo había logrado marcar uno en juego, al margen del decisivo en la tanda de penaltis de Milán.

El Madrid se encontró con menos dificultades de las esperadas para desactivar al Atlético y neutralizar los factores emocionales a los que había apelado Simeone para convertir el último derbi liguero en el Calderón en la cuestión más trascendental. La alineación blanca constituía además un plus de motivación para los locales, teniendo en cuenta que Zidane optó finalmente por no arriesgar con Ramos y colocó en el centro de la defensa a Varane y Nacho, los del 4-0 de febrero del año pasado en el Manzanares.

También renunció el técnico blanco a tirar de Benzema y apostó por Lucas por la derecha y el compromiso de sacrificio de Bale por el otro lado, con Isco como segundo delantero como punto de partida pero con libertad para moverse por todos lados. Las apariciones del malagueño, que destiló calidad en la mayor parte de sus intervenciones, fue probablemente la clave para descentrar al Atlético, incapaz de controlarle.

Cuando parecía que podía llegar a hacerlo, tras haber equilibrado el juego, Isco diseñó la jugada que acabó con un cabezazo de Ronaldo a pase de Marcelo al que Oblak respondió con un paradón. Un poco más tarde, detuvo un tiro envenenado de Modric, pero se quedó clavado en el lanzamiento de falta de Ronaldo desviado por la barrera.

REACCIÓN BLOQUEADA / El goleador portugués tuvo el segundo ocho minutos después tras otra virguería de Isco, pero pegó mal al balón después de dejar tirado a Godín. Sumaba y sumaba el Madrid con posesión. También con destacable sacrificio y concentración defensiva para bloquear la reacción rojiblanca, que no se vislumbró hasta el segundo tiempo. Metió un velocidad más tras el descanso el cuadro colchonero y provocó un cuarto de hora de desconcierto del Madrid, pero sin remate. Los blancos acabaron reajustando sus mecanismos para cerrar el paso al Atlético y encontraron el terreno abonado para decidir después de que a Simeone no le resultara la apuesta valiente de meter a Correa y Gameiro.

Un minuto después de que Oblak desviara a córner una volea de Isco, Ronaldo provocó un penalti de Savic, que llegó tras un largo despeje de Varane a un saque de Oblak. No falló el portugués (min. 71) y el conjunto colchonero quedó desmadejado. Quedó patente en el tercer tanto del único goleador de la noche, que culminó un contraataque marcando a puerta vacía tras un buen pase de Bale (min. 77).