Con eficacia sobresaliente resolvió el Madrid el complicado problema que le planteó la Real el día en que el equipo blanco no podía desaprovechar la posibilidad de abrir otra vez hueco en la cabeza de la Liga. Kovacic, Cristiano Ronaldo y Morata infligieron un castigo excesivo al valiente conjunto vasco y aplacaron los ánimos del Bernabéu en una jornada realmente propicia.

Una victoria muy amplia ante un rival cuyo entrenador había prometido intentar hacer algo grande en el estadio madridista. Pensaba lo mismo antes de ir al Camp Nou en la Copa, y lo que pasó allí no impidió que los jugadores realistas saltaran al recinto blanco convencidos de poder plasmar con hechos las palabras de Eusebio. De hecho asustó al Madrid y a su expectante afición con una salida ambiciosa.

DIFICULTADES // Mientras Danilo y Benzema se empeñaban en cambiar los pitos iniciales por aplausos, a los cuatro minutos Oyarzabal dejó en evidencia a Ramos y Varane evitó que el pase atrás de la joya de la Real llegara a pies de William José en situación de marcar. Las dificultades del Madrid para sacar la pelota jugada y hacerla llegar en condiciones potables a los de arriba fueron insalvables. La tensión que se vivía en la grada por el atasco se volvió contra Ronaldo, convertido en objetivo de las quejas del personal. Gesticuló con desagrado el portugués, pero no se descentró y comenzó a cambiar la tendencia hasta desaparecer con la asistencia a Kovacic. Primera ocasión del Madrid y primer tanto. No se inmutó la Real, que siguió a lo suyo, hasta que el 2-0 de CR7 y la tarjeta roja a Íñigo Martínez dieron carpetazo al encuentro.