Estamos ante el primer verano en el que el Castellón no se ve en la necesidad de ir a buscar gol en el mercado. Lo tiene ya, personificado en Rubén Fonte, que ha puesto fin a su particular travesía por el desierto, un año marcado por una lesión poco común en un futbolista pero que apenas le dejó participar en 13 encuentros, el último hace ya más de medio año, pero siempre lejos de su mejor nivel.

Esta semana, al burrianense le han bastado un par de ratos, los que Frank Castelló le ha dado frente a San Pedro y Almazora, para que recuperase sensaciones y demostrase que su problemas en el hombro, que le obligaron a pasar por el quirófano, son historia. Dentro del agitado verano albinegro, Fonte es un valor seguro contra el pesimismo.

El miércoles, Fonte recibió el alta médica y, horas después, disputaba sus primeros minutos desde enero en el 0-3 en el Javier Marquina. Dos días después certificó la remontada en el José Manuel Pesudo en una maniobra típica en él: se hace un hueco entre los dos centrales, maniobra para quedarse ante el portero rival y le bate con la pierna izquierda.

IMPOTENCIA // Considerado uno de los fichajes más ilusionantes del inicio del curso pasado, Fonte nunca tuvo continuidad. Un primer esguince de tobillo y, luego, hasta tres luxaciones de hombro (una, incluso, con el combinado autonómico, a las órdenes de Castelló) le impidieron sentirse importante, viendo, impotente, la reacción del equipo en el segundo tramo de la competición y el desenlace de las eliminatorias. Dejó atrás apenas 558 minutos repartidos en 13 encuentros, con apenas cuatro titularidades. Marcó tres tantos, dos en un mismo encuentro (Jove Español).

Precisamente, la maldición de los delanteros fue una constante durante todo el ejercicio, en el que primero Ramón María Calderé y luego Kiko Ramírez alinearon a hasta siete atacantes, contando a Saizar, Vicente Bosch, Vicent Albert, Antonio, Tariq y Fabiani (por no hablar de las reconversiones obligadas, como Lolo, Carrillo, Ebwelle...). H