El presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, trasladó ayer a los más de 400 clubs de Segunda B (entre ellos, Jordi Bruixola, por parte del CD Castellón) y Tercera, a los que citó para una macro reunión sin precedentes (junto a representantes de las federaciones autonómicas), la puesta en marcha del Plan Impulso 2023, que promete duplicar los ingresos desde ya, teniendo en cuenta la participación en la Copa del Rey, a la que el Castellón accederá si vence mañana al Prat en los cuartos de final de la Copa RFEF.

Todos los clubes de la categoría de bronce, participen o no en Copa del Rey, pasarán de un fijo de 70.000 euros a percibir 100.000 euros como base. Además, la RFEF mantiene las ayudas por kilometraje (unos 10.000 euros por club, dependiendo de la cantidad), la ayuda por arbitrajes y un fondo adicional de 20.000 euros por club de fondo de televisión para los asociados a Footters. Los clubs que participen en la Copa del Rey llegarán a aumentar en un 49% sus ingresos, añadiendo 40.000 euros más. La RFEF pagará las cantidades a los clubs cada dos meses y no al final de temporada, como hasta ahora. Los participantes deberán someterse al control económico de la RFEF, que excluye del Plan Impulso 2023 a los filiales y dependientes.