Rubén Fonte se llevó todas las portadas al anotar el único gol del partido en el Palmar, pero tan importante como el remate del delantero fueron las paradas de Carlos Sabater, un jugador hecho a sí mismo que se ha ganado por méritos propios ser el portero titular de su Castellón. Con la humildad y sensatez que le caracteriza, el guardameta reconoce que la lesión de Zagalá fue el detonante de su llegada al once, pero él ha puesto mucho de su parte para quedarse en el mismo: «Estoy muy contento por cómo me están saliendo las cosas. Ya son 14 los partidos que estoy jugando y los números son muy buenos, con siete de ellos sin encajar gol. Al principio no esperaba jugar tanto porque vino un gran portero, pero me dieron la oportunidad y todo mi trabajo se está viendo recompensado».

Sabater admite que esta temporada quería tener más oportunidades que la pasada campaña, donde apenas disputó dos encuentros, y está viendo cumplidas sus expectativas: «Al principio partíamos al 50% con Zagalá. Empezó jugando él, pero tras su lesión llegó mi momento: «Lo fundamental para un portero es tener continuidad. Si solo juegas dos partidos sueltos, estarás más nervioso porque tienes que hacerlo bien sí o sí, pero ahora con 14 ya no siento que me miran todos con lupa como al principio. Tienes más confianza, vas más tranquilo a los partidos y te atreves a hacer más cositas».

PETICIÓN DE ENTRENADOR // El meta castellonense, que por cierto está en plenas prácticas de Publicidad tras estudiar esta licenciatura, señala el ambiente que se respira en el vestuario como la clave de la buena marcha del equipo: «Nos intentamos alejar de todo lo extradeportivo y a nivel deportivo estamos todos contentos. Hay una piña como el año pasado».

Uno de los protagonistas de este vestuario es sin duda el entrenador, Frank Castelló: «Tenemos una buena relación con él. Lo único que me pidió es que tendría que salir más y ahora, con confianza, creo que lo estoy haciendo». Así define el jugador a su técnico: «Le veo como un entrenador justo, por lo menos conmigo. Si un portero está haciendo bien las cosas y no comete fallos, lo normal es que siga».

Preguntado por las similitudes del técnico con Kiko Ramírez, responde: «Tienen dos formas distintas de trabajar, pero fuera de casa plantean los partidos de igual forma, sin complicaciones. En casa tenemos más el balón, pero en campos como el del Borriol no se pueden dar dos pases».