Santi Cazorla se sometió, junto la jugadora del femenino del Villarreal Cristina Díaz, a una entrevista fresca y dinámica en la que los alumnos del Colegio Botànic Calduch de Vila-real ejercieron de periodistas y respondieron espontáneamente a las inquietudes de los niños.

El Mago groguet derrochó simpatía y naturalidad, la misma con la que entretiene a la afición amarilla cada vez que se pone la camiseta del Submarino. Primero fue el repaso a la actualidad inmediata y el importante partido del domingo ante el Atlético en el Wanda, después de que ganaran al Liverpool el pasado martes. «El Atlético es uno de los rivales más fuertes de LaLiga y lo demostró ganando al campeón de Europa. Nosotros vamos con toda la ilusión de poder conseguir una victoria, porque queremos pelear por la zona alta. Sabemos que será un encuentro intenso y se lo llevará el que más acierto tenga de cara a portería», apuntaba ante la emocionada mirada de los niños y niñas del Botànic Calduch, que se frotaban los ojos y no se creían que tenían delante a uno de las estrellas de LaLiga.

«Es díficil, pero el Villarreal también se lo pondrá complicado al Atlético. Nosotros estamos en un buen momento y aspiramos a volver a Europa», añadía Cazorla. Luego la entrevista transcurrió por aspectos más personales de la vida de Santi Cazorla, que explicó que después de su retirada como jugador, le gustaría «ser director deportivo», no antes de bromear con los chicos y decirles: «¿Me veis de presidente del Villarreal? ¿Verdad que no?».

SUS REFERENTES

El asturiano confesó que «Pellegrini, Marcelino y Luis Aragonés» habían sido los entrenadores que más le habían marcado en su trayectoria profesional. Cazorla confesó que le gustaría «conocer personalmente a Maradona» y no dudó en señalar quienes eran sus futbolistas preferidos. «De pequeño me gustaba Laudrup, pero ya como jugador me quedo con Iniesta y Silva. Entre los defensas mas fuertes a los que me he enfrentado, sin duda, Sergio Ramos es el más potente y difícil de superar», confesaba a sus alumnos del Botànic Calduch.

AQUELLA CHAMPIONS

A la pregunta de qué cambiaría si el destino le ofreciera esa posibilidad, no titubeó lo más mínimo: «Si pudiera echar marcha atrás, cambiaría lo que sucedió en aquella semifinal de Champions ante el Arsenal, porque nos daba la opción de jugar una final. Fue una pena aquel penalti de Román».

Cazorla descubrió algunos datos de su vida al margen del fútbol. Por ejemplo, que es un auténtico padrazo. «Mi hijo de diez años también juega al fútbol y soy yo quien lo lleva a entrenar igual que a mi hija que le gusta bailar. Ellos me llevan una gran parte de mi tiempo libre», explicaba con su sonrisa perenne.

Como si fuera un niño más, recordó sus primeras patadas al balón con siete años en el CD Covadonga de Oviedo, donde también empezó otro examarillo como Adrián López. Casi se emociona cuando recordó que sus mejores recuerdos eran la dos Eurocopas que ganó España, especialmente la del 2008, y las Copas con el Arsenal, además del subcampeonato con el Villarreal.

Para terminar, relató que su gran sueño sería «poder despedirme de la afición del Arsenal jugando un partido con los gunners». «Me tienen mucho cariño y es algo que me encantaría aunque sé que es complicado», concluía. Cazorla es un genio y los niños del Botànic Calduch lo pudieron corroborar durante una hora.