Mohamed Salah perdió la final de la Champions por partida doble debido a una controvertida acción con Sergio Ramos. Cuando más apretaba el Liverpool, el defensa del Real Madrid le retorció el brazo con un ‘waki-gatame’ que le dejó fuera del partido al causarle una lesión en el hombro izquierdo. El delantero y estrella de los ‘reds’ dejaba el césped derrumbado y con el miedo añadido de perderse el mundial de Rusia con Egipto… Pero afortunadamente no será así. El fisioterapeuta del equipo y hombre de su confianza, el benicense Rubén Pons, está consiguiendo quitarle el mal sabor de boca y acortar los plazos de restitución física y anímica incluyendo para ello una receta mágica: recuperación en Benicàssim a base de hacer ejercicios en unas termas... y de comer paella.

La idea fue del propio Pons. El fisioterapeuta, que llegó al Liverpool en el 2011 con el lateral español José Enrique tras haber trabajado a las órdenes de Manuel Pellegrini en el Villarreal, le propuso a Salah ir a su pueblo para recuperar la forma. Llegaron el martes por la tarde y el miércoles por la noche fue cuando el ‘crack’ descubrió la paella y el ‘arròs de senyoret’. Se ve que los cocineros del Liverpool lo habían intentado anteriormente, pero más que paella les salió lo que los entendidos rebajarían a un simple arroz con cosas. Esta vez, en cambio, era apuesta segura: se encargó de ello el chef de La Terracita del Cámping Tauro, Jaume Tárrega, acompañado para la ocasión por David Martí. Y visto lo vacíos que quedaron los platos, parece que la cosa no fue nada mal. ¡Entre siete personas se fundieron dos paellones que están previstos para seis comensales cada uno!

Hubo eso sí algunas diferencias respecto de lo que Tárrega se encuentra habitualmente. Para empezar, la paella fue por la noche porque es ramadán, por lo que Salah, que es musulmán, no puede ingerir alimento alguno hasta que se ponga el sol. Y por el mismo motivo, tampoco puede comer carne de cerdo, lo que obligó al chef a efectuar algunas modificaciones. En lugar de poner costilla de cerdo, conejo y pollo, como mandan los cánones paellísticos en Benicàssim, tuvo que cocinar el arroz solo con pollo halal. Lo que no faltaron fueron los ‘bajocons’.

Pero por si uno no le gustaba (aunque no fue así), había otro: el ‘arròs del senyoret’, que no incluye carne y sí pescado, sepia, calamar y marisco. Todo ello bien peladito, claro, haciendo honor al nombre del plato. "¿Pero tú sabes qué quiere decir que la paella está ‘salà?", bromeó el cocinero con el ‘crack’ del Liverpool. Al entenderlo no pudo reprimir una sonrisa.