Los grandes clubs tienen la capacidad, por su dimensión, de destrozar los sueños de los futbolistas. De los centenares de jugadores que forman parte de la cantera del Barcelona, apenas un puñado llegan al primer equipo. Se necesita ser bueno, sí, pero también otras cualidades que dejan a muchos por el camino, sobre todo si eres muy joven, tienes el hándicap de ser de fuera... Alain Richard Ebwelle (camino de los 21 años) es un buen ejemplo de ello. Igual que no se acaba el fútbol cuando, siendo juvenil, te ves forzado a salir de Can Barça por la puerta de atrás.

En el 2007 llegó al Barcelona de la mano de la Fundación Etoo. Era uno de esos futbolistas que, a una edad tan temprana, eran unos avanzados en sus respectivas categorías. Pero, a diferencia de la mayoría de sus compatriotas cameruneses, no por el físico. De hecho, Ebwelle no responde al prototipo de atlético futbolista africano, así que ha tenido que sobrevivir explotando esas virtudes, que no le llegaron para pasar el corte, hace un par de veranos, de la exigente cantera culé.

Su marcha al Valencia tampoco fue la solución. Pudo debutar en Segunda B, pero apenas si disputó 165 minutos en 7 partidos. Con 20 años recién cumplidos, Ebwelle estaba fuera del circuito futbolístico, sin equipo. En esas, Jordi Vinyals, exjugador y extécnico del Castellón, decidió llamar a su amigo Kiko Ramírez para recomendarle que le echara un vistazo. Llegó y se alistó con el filial, pero las circunstancias aceleraron su salto al primer equipo.

Cuando Ebwelle pisó Castalia por vez primera, seguro que pensó que estaba casi como en casa. Al fin y al cabo, el coliseo albinegro está hecho a imagen y semejanza del Mini Estadi. Con todo, el camerunés, casi a la misma velocidad con la que arranca, se dio cuenta de que hasta ahí llegaban las similitudes entre la etapa que quedaba ya atrás y el presente.

El que suscribe le bautizó como el nuevo Pruden. La sentida marcha del torrentí al filial del Atlético dejó unos cuantos miles de necesarios euros, pero también un profundo vacío en esa banda izquierda en la que decidía tantos partidos. Pero aunque Ebwelle no es Pruden, sí está tocado por esa virtud de decidir partidos.

LA IRRUPCIÓN // Con clubs de Primera División en el palco de Castalia relamiéndose ante las promesas malagueñas como Kuki, Ontiveros..., irrumpió la perla negra del Castellón para, con sus dos goles, disparar las ilusiones del albinegrismo, que ha encontrado en Ebu a ese jugador al que aferrarse, aun teniendo en cuenta que Ramírez ha construido un equipo coral que, con todo, le permite algunas licencias a la hora de recorrer la banda izquierda en sentido descendente para echar un cable al lateral de turno. Los 10.000 espectadores ovacionándole al ser sustituido el domingo, le han convencido de nuevo que puede que no vuelva a jugar en el Barça, pero que sí es capaz de ser un futbolista determinante. H