El Sevilla afrontará esta temporada un nuevo ciclo de la mano de Jorge Sampaoli con el exigente desafío de superar la exitosa etapa en el club sevillista de Unai Emery, quien consiguió tres Ligas Europa consecutivas.

El argentino tiene un plan innegociable de fútbol de ataque y presión en todo el campo en el que cree ciegamente. Y lo hace con tanta fe como el Sevilla en su nueva apuesta de juego para reeditar los éxitos de Emery, quien este verano se marchó al PSG.

La oferta de la AFA a Sampaoli fue la enésima alteración de la tranquilidad en la planificación de un equipo que este año tiene nuevamente la exigencia de lograr plaza de Liga de Campeones y superar su papel en esta competición el año pasado, cuando fue eliminado en la fase de grupos.

Y es que el verano ha sido convulso para el sevillismo y ha tenido como final la continuidad del director deportivo, Monchi, quien amagó con irse; la marcha a París de Emery y la llegada a Nervión de un nuevo técnico, una nueva filosofía y nuevos peones para ponerla en práctica.

El conjunto sevillista ha vivido estos últimos meses algo a lo que ya está acostumbrado, como la marcha de jugadores revalorizados en el Sánchez Pizjuán y que este año han sido Ever Banega, quien se marchó al Inter, y Krychowiak, quien acompañó a Emery en su aventura parisina. Además de la salida de Coke, al Schalke 04, y la de Gameiro, que recaló finalmente en el club de la ribera del Manzanares. Para suplirlo, llegó el delantero Wissan Ben Yedder, el llamado a asumir la responsabilidad goleadora en el nuevo Sevilla de Sampaoli.

Para responder a la exigencia física y táctica del argentino, llegaron en primer lugar el japonés Hiroshi Kiyotake y el ex del Getafe Pablo Sarabia, tras quienes se sucedieron una cascada de futbolistas que le han dado una impronta netamente argentina al combinado Nervionense.

La armada argentina la conforman Franco Vázquez, Gabriel Mercado, Joaquín Correa, Matías Kranevitter y Luciano Vietto; a ellos se ha unido también el brasileño Paulo Ganso; y, entre todos, tendrán que responder a las ausencias y a las exigencias tácticas y físicas de un Sampaoli que tiene el difícil reto de hacer olvidar a uno de los técnicos que ha cosechado mayores éxitos de la historia sevillista. H