Al Villarreal solo le faltó el gol. Durante 24 partidos consecutivos, los amarillos y el exponente máximo de lo que es el fútbol habían mantenido un amor casi idílico, que se rompió ante el Athletic, justo en uno de los partidos más completos del equipo de Javi Calleja. Asenjo apenas tuvo trabajo, mientras que los vascos santificaron a su portero que a partir de esta visita a La Cerámica pasa a llamarse San Simón.

El Villarreal no sufrió apenas para mantener su puerta a cero y dispuso de hasta siete ocasiones claras para marcar, pero se estrelló contra el guardameta rival, otras veces en su falta de acierto y también en un arbitraje mediocre y que perjudicó sensiblemente a los amarillos. Se escaparon dos puntos de forma injusta, porque quien contrajo más méritos para la victoria fue claramente el Submarino, que continúa invicto en su estadio, pero que ha dejado escapar cinco puntos importantes en tres días. En Eibar de forma justa, prácticamente sobre la campana, pero ante el Athletic fue netamente superior y propuso mucho más que los leones de Gaizka Garitano.

Calleja ha encontrado un once titular formado por 13 ó 14 jugadores y ha decidido dar vueltas alrededor de esa idea. Después del borrón de Eibar tocaba hacer cuenta nueva o, mejor dicho, regresar al formato que mejores resultados ha dado al conjunto groguet esta temporada. Un 4-5-1 con Moi Gómez y Gerard Moreno mas escorados a banda, con Santi Cazorla, Anguissa y Vicente Iborra por el centro y Toko Ekambi en punta. Atrás, también la mejor pareja de centrales de LaLiga —Albiol y Pau— con la vuelta de Rubén Peña y la titularidad de Quintillà en los laterales.

INTENSIDAD / El Villarreal recuperó una mayor intensidad y velocidad en su juego, junto al control del balón con superioridad estadística en la posesión con respecto al Athletic (57 frente al 43% de los vascos al final del duelo). El rival se apuntaba como rocoso y aguerrido, además de contar con futbolistas de buen nivel técnico. El Submarino intentó hacer grande el campo, utilizando la periferia en ambos costados, con la incorporación de Rubén Peña sobre todo y también de Xavi Quintillà desde los laterales, pero el buen juego del Villarreal se quedaba solo en una declaración de intenciones, a la que restaba mas presencia en el área bilbaína.

El VAR en esta ocasión estuvo mas pendiente de la barra del bar que de lo que pasaba en el campo. De otra manera, no se puede entender su pasotismo en dos acciones muy claras en el primer tiempo en las que el videoarbitraje ni tan siquiera entró de oficio. La primera, por unas manos clarísimas de Yuri después de un centro de Rubén Peña. La segunda, un derribo al lateral abulense en el área en el minuto 45. Ni se consultó al VAR. Dos acciones que pudieron cambiar el desarrollo del encuentro y que provocó las quejas de los aficionados.

El Villarreal se mostraba dominante en el juego y tuvo su chance en un tiro de Cazorla con respuesta de Unai Simón desconectando el peligro de gol, además de dos centros al área para Ekambi, a los que el camerunés no llegó por centímetros. El Athletic solo mostró su fiereza y fortaleza en el juego defensivo, porque en ataque estuvo casi desaparecido, también por méritos de un Villarreal que fortificó su portería con el buen momento de sus centrales y con el trabajo estajanovista de Anguissa e Iborra. Pero el gol se le resistió en el primer tiempo al conjunto de Calleja.

PASO POR VESTUARIOS // La segunda parte comenzó con más viveza. El Villarreal continuó a la carga. El VAR se puso a trabajar. En las dos acciones de los primeros diez minutos en las que se pidió su opinión, Esta fue contraria a los amarillos: no hubo penalti a Cazorla y Gerard Moreno marcó en posición de fuera de juego tras un centro puesto con escuadra y cartabón por el asturiano.

El Athletic sacó las garras y puso en realce la calidad de Asenjo en un tiro con veneno de Yuri. El partido se abría un poco y salía del molde. Ahora le tocaba brillar al portero vasco, que despejó con su rostro un remate a bocajarro de Gerard Moreno, tras una acción inteligente del pichichi amarillo. Un paradón de portada en muchos periódicos.

El Villarreal es un equipo con clara vocación ofensiva, lo que no interfiere en que sea el conjunto de Primera que más beneficio saca del contragolpe. Y en una contra, iniciada por Asenjo hacia Chukwueze, quien acababa de sustituir a Moi Gómez, pudo llegar el gol, tras un disparo de Santi Cazorla que por un par de dedos se fue fuera. Minutos después, otra vez apareció San Simón para sacar una mano milagrosa a remate de cabeza de Raúl Albiol dentro del área pequeña.

CON TODO // Calleja arriesgó al máximo en la recta final en busca de los tres puntos que habrían situado al Submarino muy arriba en la clasificación. No se conformaba con las tablas y los suyos apretaban a muerte para lograr el triunfo, pero 24 partidos después de celebrar goles, el Villarreal se quedó seco. Muy injusto el empate, pero el fútbol solo premia los tantos. El VAR ayer no salvó al Villarreal y no intervino en dos acciones claras a favor de los amarillos. La igualdad en esta Liga es máxima. El Athletic tuvo a San Simón y a todos los santos a su favor para llevarse un punto de Vila-real que, visto cómo transcurrió el duelo, les supo casi a victoria ante un rival que disparó siete veces entre los tres palos, pero no hizo diana.

PRÓXIMO RIVAL // Sin tiempo para lamentaciones, como sucedió en la derrota en Eibar, la plantilla grogueta ya solo piensa en el siguiente compromiso liguero, el domingo en Mallorca (12.00 horas), un buen escenario para reencontrarse con el triunfo y acercarse de nuevo a la zona noble de la clasificación.