El fútbol regional siempre tuvo esa esencia de lo tradicional e, incluso, añejo. Sin embargo, los tiempos cambian y en el fútbol más modesto esto no es una excepción. Un fenómeno como el de la globalización también está siendo protagonista. El Sant Jordi puede ser uno de los mejor ejemplos de ello.

El conjunto del Baix Maestrat, que actualmente milita por segunda temporada consecutiva en Regional Preferente, otrora uno de los grandes, presenta un total de siete nacionalidades en su vestuario de El Bovalar. En el conjunto amarillo conviven futbolistas de tres continentes: Europa, Sudamérica y África. Más allá del producto nacional (la mitad de la plantilla es española), hay rumanos, marfileños, guineanos, brasileños, chilenos, argentinos y colombianos. La entidad amarilla tiene contactos con diferentes intermediarios. Unas relaciones que han propiciado la confección de un plantel universal, poco habitual en el fútbol regional. Algunos de ellos ya estaban en España y competían hasta hace poco en otros equipos del norte de la provincia.

Aventuras y desventuras

Sin embargo, hay futbolistas para los cuales el Sant Jordi es su primer equipo provincial. Sin ir más lejos, el defensa Iván Muntaabski llegó el pasado verano procedente del Excursionistas de Argentina de Primera C (Segunda B en España). Otro caso destacado es el de Manu Pereira, un jugador chileno que pertenecía hasta hace poco al Sporting de Braga portugués.

También hay otros dos futbolistas que han aterrizado por primera vez en la provincia de Castellón, en la presente temporada, aunque llevaban tiempo jugando en España. Uno de ellos es el delantero Sinan Aka, de Costa de Marfil, que llegó con el ejercicio iniciado procedente del Ourense, con el que ha competido en Preferente y Tercera, y que también defendió la camiseta del Nefchti Baku de Azerbaiyán. Otro caso similar es el de Sabino Yofaram, interior zurdo de Guinea-Bisáu con amplio recorrido en el fútbol regional andaluz.

Esta mezcolanza de culturas tiene un chef en el banquillo, Camilo Santos, que suplió semanas atrás al uruguayo Mazzetti. Con todo, el Sant Jordi ocupa puestos de descenso y, precisamente, ese el objetivo: la salvación y mantenerse por segunda temporada en Preferente. Actualmente, los amarillos están a cuatro puntos de la permanencia ¿Podrá el equipo que aúna un verdadero crisol de culturas conseguir la meta de la salvación? La respuesta llegará al final de la competición.