El Villarreal B confirmó ayer su presencia en el play-off de ascenso. Teniendo en cuenta que el Sevilla Atlético está descendido, y que el Barça B está por descender, en caso de subir a Segunda A, el segundo equipo amarillo podría ser el único filial en la categoría de plata la próxima temporada, con lo que eso supondría a nivel deportivo y económico.

Para los que se pregunten cómo es posible que una plantilla que perdió en verano a la práctica totalidad de sus jugadores más veteranos esté dando el actual rendimiento, habría que mirar ayer en Zaragoza no solo al césped, sino también al palco, donde no faltaron Fernando Roig, Roig Negueroles, Llaneza, Pablo Ortells, Luis Arnau, Raúl Herrera... Enfrente del Villarreal B estaba un filial del Zaragoza colista y descendido al que apenas acude a seguirle en contadas ocasiones el entrenador del primer equipo como representación del club. Es obvio que los palcos no ganan partidos, pero si el cariño y la dedicación están unidos a la dotación de recursos, el panorama cambia considerablemente.

Quizá sea ese el secreto del Villarreal B, o quizá el trabajo de Calleja, primero, y de Miguel Álvarez, después, ambos apoyados por un ilustre segundo como Tasevski. También puede estar el secreto en una plantilla joven, ambiciosa y plagada de talento. Lo más probable, de todas formas, es que el secreto de este filial no sea uno, sino muchos, que se han conjugado a la hora de confeccionar un equipo capaz de todo.