No es nada normal una rueda de prensa con la presencia del máximo accionista, el presidente, el director general y el entrenador en la mesa principal, con otros dos miembros del consejo de administración, el director deportivo, el responsable del área de comunicación y márketing, un directivo más y los tres capitanes entre los oyentes. Se trató de la escenografía del sí se puede en versión albinegra, del juntos podemos salvar al Castellón y dejarlo otra temporada en Segunda B en vez que caiga de nuevo a Tercera. Una comparecencia larga, rayando la hora, en la que el (único) foco fueron los 10 partidos que restan, aunque con un mensaje del dueño del club, el que más dinero se juega, casi de puntillas, afirmando que pase lo que pase, seguirá con su poderosa inversión.

José Miguel Garrido tomó la palabra. «Es una temporada aciaga: empezamos este proyecto intentando luchar por un objetivo que ahora está lejos, así que hay centrar todos los esfuerzos en jugar estas 10 finales como si fueran un play-off. Si el año pasado fueron seis para subir, ahora son 10 para salvar la categoría», matizó.

«Estoy satisfecho, porque veo un compromiso muy fuerte de jugadores y cuerpo técnico», prosiguió el máximo accionista. «Veo su implicación», sostuvo.

«Claro que hacemos un análisis de lo sucedido. Hemos cometido errores, pero eso llegará cuando la situación del equipo esté ya definida y se haya salvado», dijo, dejando a un lado la autocrítica. «Si se equivoca alguien, en la faceta deportiva, soy yo», ahondó.

«Tenemos un calendario que nos favorece. Somos los únicos, de los ocho involucrados [en el descenso], junto con otro, que jugamos seis partidos en casa y cuatro fuera», sostuvo. «No quiero desaprovechar ese factor campo; y los jugadores, tampoco», reseñó antes de observar que «de los 80 partidos entre los ocho equipos implicados, hay 30 enfrentamientos directos». «Llegué el año pasado por estas fechas, aún quedaban ocho partidos de liga y al final fueron seis de play-off, y también había dudas», recordó. «Dependemos de nosotros mismos. Hasta el último segundo nos vamos a jugar la piel», destacó.

«El mensaje a la afición es que nuestro compromiso con el Castellón es total», subrayó mirado más a medio plazo. «Vamos a seguir soportando el proyecto hasta que consigamos el objetivo, nos cueste los que nos cueste», profundizó. «Lamentamos los resultados, pero la sociedad está bien comandada, tenemos un compromiso de una ampliación de capital que se va a cubrir», tranquilizó. «Lo seguiremos intentando, cada año que estemos aquí, con un proyecto ilusionante; no estamos en el corto plazo, pero este análisis lo dejamos para el 30 de mayo», aseveró. «Yo me juego lo mío», recordó Garrido.

CANO NO PELIGRA // El madrileño respaldó al entrenador -alabó su dedicación- y tampoco cree que la salvación pase por una revolución: «No queremos unos tranformers», dijo. «Somos un equipo con menos de un gol en contra por partido, que hace muchas cosas bien...», elogió Garrido.

«No confío en la fe divina sino en la implicación de estos futbolistas y cuerpo técnico. Los jugadores sienten lo que está pasando: llevan una temporada desastrosa, vinieron para luchar por unas cosas y ahora están luchando por otras. Garantizo una dedicación 100% de ellos, les duele igual que los aficionados, se juegan su futuro. En eso es en lo que yo tengo fe»», desarrolló.

«Estemos donde estemos, seguro que en Segunda B, haremos un club para ascender, porque el Castellón lo lleva en su ADN; si no, no hubiésemos venido», resumió, a modo de conclusión. «No nos vamos a rendir, lograremos nuestro objetivo de luchar por lo máximo, esté en Tercera, Segunda B o Segunda A», acabó.