Ruben Semedo rompió su silencio. El jugador del Villarreal, cedido al Río Ave portugués en el mercado de invierno tras el paso por Huesca, concedió una entrevista al diario A Bola en la que explicó cómo fueron sus días en la cárcel. El luso estuvo cerca de cinco meses en la prisión de Picassent, acusado de homicidio en grado de tentativa, lesiones, amenazas, detención ilegal, tenencia ilícita de armas y robo con violencia. Ahora, tras nueve meses en la calle, Semedo recuerda que en los primeros 60 días entre rejas «parecía que el tiempo no pasaba porque además no tenía novedades de fuera, el proceso judicial era siempre igual». «La elección de los abogados que hicimos mi madre y yo no fue la mejor, pero nos dimos cuenta después», admite el zaguero portugués.

Su estancia en la cárcel fue un calvario, pues llegó a pensar que no volvería a vestirse de corto en un campo de fútbol: «Lloré muchas noches, pero nunca delante de nadie. Muchas noches no podía dormir y solo pensaba en mis hijos, en el sufrimiento de mi familia. Te hace pensar si realmente vale la pena dejar de pasar tiempo con tu familia para pasarlo con personas que no quieren tu bien y seguir caminos que no te van a llevar a ningún lado. Sufrí mucho. Oí el consejo de los abogados y pensé que en una o dos semanas estaría todo resuelto. Pero después del segundo mes empecé a percibir dónde estaba y me di cuenta de que estaba en riesgo seguir jugando».