Solo he tenido el privilegio de entrevistar a uno de ellos, el menos mediático, pero guardo en gran estima aquellos minutos. Ayer se despidieron de LaLiga tres auténticos cracks y jugadores que, de una u otra manera, han dejado huella en nuestro fútbol: Andrés Iniesta —me pongo de pie—, Fernando Torres —estuve en la final de la Eurocopa 2008 y lloré como un niño tras su gol— y Xabi Prieto —uno de los pocos One-Club Man españoles—.

Tres auténticos señores dentro y fuera del rectángulo de juego. Por todo, por carisma, por calidad humana y, principalmente, por talento y oportunismo.

No seré yo quien descubra a Iniesta, el único futbolista español que puede presumir de haberle dado a España el único mundial que posee. Un jugador que ha sido ovacionado en todos y cada uno de los campos de nuestro país, Bernabéu incluido.

Torres es otro fuera de serie, les guste más o menos. Sus gestas con el Liverpool, Chelsea, Atlético y La Roja, con gol que dio una Eurocopa en 2008, hablan por sí solas. Un tío humilde al que su madre le dijo: «Nunca dejes de firmar un autógrafo a ningún niño». Y lo cumplió a rajatabla.

El otro es Xabi Prieto. Que no va de divo, que no se cree una estrella y que siempre ha atendido a Mediterráneo cuando lo solicitábamos. Le recuerdo con estima... media hora hablando de fútbol y me ganó cuando me dijo: «No hay prisa, nos debemos a los aficionados y me encanta hablar de fútbol». Os echaremos de menos.