La final femenina del Abierto de Australia será una cuestión familiar por el enfrentamiento entre las dos hermanas Williams, Serena y Venus, que pondrá algo más que el título en juego.

Serena, seis veces campeona, venció a la croata Mirjana Lucic-Baroni, la gran revelación del torneo, por 6-2 y 6-1 en tan solo 50 minutos, y se situó a una sola victoria de recuperar el número uno del mundo. Si lo consigue superaría a Steffi Graf y se colocaría a un solo título del récord del Grand Slam de Margaret Court (24).

Con su triunfo, Venus se convirtió, a sus 36 años, en a mujer de mayor edad en alcanzar la final de un Grand Slam desde el inicio de la era Open, después de derrotar a su compatriota Coco Vandeweghe, por 6-7 (3), 6-2 y 6-3, en dos horas y 26 minutos, la verdugo de Garbiñe Muguruza en los cuartos.

27 ENFRENTAMIENTOS

Venus, que regresa a una final del Gran Slam por primera vez desde Wimbledon en 2009, tendrá así la segunda oportunidad en su carrera de hacerse con uno de los grandes torneos que faltan en su historial, además de Roland Garros. En el 2003, en Melbourne, en el único enfrentamiento entre ambas en estas pistas, perdió el título contra su hermana.

"Es mi rival más dura, nadie me ha ganado tantas veces como Venus lo ha hecho. Siento que cualquiera que gane, ganaremos las dos", señaló Serena recordando que en sus 27 enfrentamientos, ella ha vencido en 16 y ha perdido 11.

La pequeña de las Williams, que también venció en el último, en los cuartos de final del US Open 2015, por 6-2, 1-6 y 6-3, domina también las ocho finales del Grand Slam disputadas entre ambas, con seis victorias.

Venus se mostró exultante tras alcanzar la final. Cayó de rodillas como la croata Lucic-Baroni en cuartos, y luego rió y saltó sobre la cancha, para estallar en un llaneto de emoción cuando iba hacia su banquillo, con las manos cruzadas en el pecho.

No es para menos, pues tras superar en 2011 una enfermedad que la dejaba sin energía, el síndrome de Sjogren, ha vuelto a jugar su mejor tenis.

"Todo el mundo tiene su momento al sol, el mío se fue un poco, pero ahora me gustaría mantenerlo. No tengo nada más que hacer. "Es más que la guinda sobre la tarta, es más de lo que he soñado", dijo Venus que tiene en su currículo siete grandes, el último en Wimbledon en 2008.

ELOGIO A LUCIC-BARONI

Serena lo asumió con más calma y elogió a su rival, Lucic-Baroni, que dejó la Rod Laver Arena convertida en una de las grandes protagonistas de esta edición del torneo. "Es una inspiración y merece todo el crédito", señaló.

"La primera vez que gané un Slam era una niña y ahora todavía lo soy en mi corazón", dijo una Serena feliz. "Por supuesto que quiero ganar la final, es maravilloso si tu rival es tu hermana, es increíble. Ella es mi mundo, mi vida, mi gran hermana. Estoy muy feliz por ella. Estar las dos en la final es el gran sueño hecho realidad y no importa quien gane".