Es muy cabezón. Si Sergio dice que volverá a jugar antes, lo hará», explica un miembro del staff del Villarreal a Mediterráneo. “Es un profesional impresionante y posee una capacidad de sufrimiento descomunal”, reflexiona. No ha descansado prácticamente ni un día desde que se lesionara de gravedad en el minuto 35 de partido con motivo de la visita del Real Madrid al entonces todavía estadio del Madrigal, el 26 de febrero.

Su recuperación va por delante de lo previsto, pero sobre todo con muy buena sensaciones. Sergio ya ha empezado a hacer trabajo de campo y no sería de extrañar que a primeros de julio, cuando sus compañeros empiecen a entrenarse, se le vea haciendo casi lo mismo que el resto del grupo.

Cuando se trata de este tipo de intervenciones quirúrgicas, a los especialistas de la medicina siempre les entra un poco de miedo escénico para referirse a los plazos de recuperación y regreso a la actividad deportiva en la competición. Y más en un caso como el de Sergio Asenjo, con repetición en los traumatismos, aunque en esta cuarta ocasión se trata de la rodilla izquierda y no la derecha como en las anteriores. Pero siempre el mejor veredicto es el del propio jugador. Y el guardameta palentino vuelve a estar más cerca del final de ese túnel que ya ha atravesado con éxito en tres oportunidades anteriores. Y se acerca la cuarta. Horas y horas en el gimnasio de la Ciudad Deportiva y en el de su casa. Lágrimas de dolor derramadas en las camillas en manos de los fisioterapeutas del Villarreal que se han dejado la piel por recuperarle. Es quisquilloso, pero un currante nato.

Estaba en un momento dulce cuando se rompió aquella tarde del 26 de febrero. El palentino era el Zamora de la Liga y se había ganado por derecho propio ser uno de los porteros más en forma de Europa. La parada de la jugada en la que se lesionó refleja perfectamente el nivel del portero que es Asenjo. Le sacó un balón de forma inverosímil a Marcelo. Voló, rectificó en el aire y evitó un gol, casi como si fuera de goma. De la admiración por la felina intervención se pasó al dolor. Sergio en el suelo. Un sudor helado recorrió el cuerpo de los 22.000 espectadores groguets que acudieron al estadio, ahora de la Cerámica. Horas de espera y el pronóstico se confirmó. Sergio logró animar a todo el mundo. Parecía como si él fuera el que impartiera positivismo a toda la afición amarilla y fueran los miles de seguidores del Villarreal los que se habían roto la rodilla.

SE CASA EL SÁBADO

Un ejemplo de quien es Sergio lo marca cómo ha encarado su luna de miel. El portero contrae matrimonio el próximo sábado en su pueblo de Palencia. Posiblemente ese día aparque su recuperación en el gimnasio. Y le ha prometido a su futura esposa que intentará descansar durante la semana de luna miel, que no tendrá un destino paradisiaco. No saldrá de España, porque lo primero es su carrera y hay que estar cerca por si surge cualquier imprevisto. El gato de Palencia ya prepara los guantes. Más pronto de lo esperado. Otro fichaje de lujo para el euroVillarreal. La portería estará muy bien cubierta con Asenjo, Andrés y Barbosa.