Sergio García fue el anfitrión, la pasada madrugada en España, de la cena de campeones del Masters de Augusta, en el que el vencedor de la anterior edición elige el menú (esta vez fue: ensalada internacional inspirada en productos de los países que tienen campeones del Masters, un arroz caldoso de bogavante y, de postre, la tarta de tres leches de Angela, esposa del borriolense. Todo bañado con vinos de Ribera del Duero (Pinea) y Albariño de las Rias Baixas). Este es uno de los actos más vistosos de los que se realizan previos al inicio del torneo, en el que Sergio defiende título, por lo que su objetivo es volver a ponerse la chaqueta verde el domingo.

Pero el Genio de la Coma es consciente de que no será sencillo conseguirlo y reconoce que las sensaciones «son diferentes en Augusta tras haber ganado el pasado año». «Mientras he entrenado estos días piensas en lo vivido el año pasado en algunas zonas del campo y te vienen buenos recuerdos», indica. Sobre el estado en el que llega, admite: «Estoy bien, vengo de tres semanas muy sólidas y espero seguir con la buena racha». Aunque añade que en el golf «es complicado apostar por un favorito», cree que «hay siete u ocho jugadores con opciones». Y su intención es situarse entre ellos y «llegar al domingo con opciones de victoria».