A las 10.53 horas (seis horas más en España, en directo por Movistar Golf), cuando inicie el recorrido de la 82ª edición del Masters, Sergio García dejará a un lado todas las vivencias de los últimos días en Augusta, repletos de homenajes y de momentos para el recuerdo en calidad de vigente ganador de este primer Grand Slam de la temporada, el último de los cuales fue la cena que él sugirió y pagó, gracias al arte culinario del prestigioso chef español José Andrés. Le espera un desafío al alcance solamente de los privilegiados: repetir victoria por segundo año consecutivo, algo que únicamente han conseguido el británico Nick Faldo, junto a los estadounidenses Jack Nicklaus y Tiger Woods.

«Lo que he vivido en estos días ha sido muy bonito. Me encuentro bien de juego, incluso me siento algo mejor el que el año pasado, aunque luego hay que ver cómo está uno de nervios durante la semana», incide el borriolense. «La clave es comenzar bien, para poder jugar bien y revalidar el título», puntualiza el jugador que ahora ocupa el noveno puesto en el ránking mundial.

El castellonense forma parte de ese ramillete de candidatos a lucir el domingo la chaqueta verde. «Entrar por Magnolia Lane y no meterte en la primera parte del club, sino en la zona de campeones con muchos detalles dedicados a mi victoria del año pasado, es una sensación muy bonita», manifiesta el de La Coma, acompañado en esta edición por toda su familia, incluida su hija de pocos días de edad, Azalea, en homenaje al hoyo 13 del Augusta National, en Georgia (EEUU).

«Todo el mundo te dice que ganar el Masters te cambia la vida, pero tener una hija sí que me ha cambiado la vida», contextualiza Sergio horas antes de iniciar la defensa del título. Este año tiene un estímulo más: Azalea.