Sergio García vuelve a la carga el próximo fin de semana en el Gran Premio de España, que se disputa en el circuito de Jerez-Ángel Nieto. Habrán pasado tres semanas desde la última prueba, disputada en Estados Unidos —el 14 de abril—, en la que el burrianense pudo debutar en el Mundial, terminando la carrera (19º), después de no poder estar en la parrilla en Qatar —al no haber cumplido todavía los 16 años— y en Argentina, donde se fue al suelo en el warm up y esta caída le impidió estar en la salida.

Y en estas tres citas, Sergio García ha tenido su primera toma de contacto con lo que es un Mundial, en el que ha hecho su debut en Moto3. Ha podido comprobar las enormes diferencias que existen con sus anteriores vivencias, en las que la gran mayoría de las pruebas se disputaban en los circuitos españoles, pero poco a poco se va adaptando y le está cogiendo el gustillo a una aventura con la que soñaba desde pequeño, aunque ya haya tenido que ir al hospital después de sufrir un traumatismo craneoencefálico en la caída en Argentina. Estar en el Mundial no ha cambiado la forma de ser del burrianense, aunque sí que ha tenido que modificar algunos hábitos.

Más viajes y más exigencias

Las primeras tres carreras han sido en Qatar, Argentina y Estados Unidos, por lo que las horas de avión han sido numerosas —sirva de ejemplo el regreso desde Argentina llegó a la friolera de 36 horas—. Pero Sergio García se está adaptando muy bien a esta circunstancia y también a las exigencias de la competición, ya que los entrenamientos se han incrementado y en cada gran premio, los días que acuden al circuito llegan a las 7.00 horas y regresan al hotel para cenar. En este sentido, otra gran diferencia es que en el Mundial júnior entre cada prueba pasaba mes y medio, y ahora lo normal es dos semanas.

Los amigos, un apoyo

En épocas pasadas, hacer un cambio tan drástico en la vida era más complicado a lo hora de mantener el contacto con los amigos, pero en la actualidad y debido a las redes sociales es muy sencillo tenerlos al lado. Pese a las distancias, Sergio García siente el calor de sus amistades y, cómo no, también de la familia, aunque su padre siempre viaje con él. Con el resto se comunica por redes sociales, aunque en Semana Santa ha podido tomarse un respiro y ha regresado a Burriana, donde ha podido compartir experiencias con ellos tomando un refresco. Por cierto, en su localidad natal ya cuenta con una peña, que se vuelca al máximo.

Impactado con las ciudades

Doha, Termas de Río Hondo y Austin son las tres grandes ciudades que han acogido hasta la fecha las citas mundialistas y el burrianense ha quedado prendado de ellas, aunque debido a las exigencias de la competición, apenas ha podido hacer turismo. No obstante, ha vivido alguna experiencia fuera de los circuitos en alguna iniciativa que ha llevado a cabo su equipo, el Estrella Galicia 0,0, y que ha servido para tomarse un pequeño respiro.

Márquez, siempre cercano

Sergio García ya había vivido varias experiencias con Marc Márquez, que es su ídolo, debido a que ambos tienen el mismo mánager, Emili Alzamora, y desde que recaló en el Monlau Repsol el pentacampeón de MotoGP había acudido a algunas concentraciones en Barcelona. Ahora comparten experiencias en los circuitos y también le está ayudando en muchos aspectos, demostrando su humildad. Cuando se cayó en Argentina fue de los primeros en interesarse por él.

La ‘presión’ de los medios

Otro de los cambios que existen en el Mundial es la presencia de numerosos medios de comunicación y el burrianense también se está adaptando a estos. De todas las novedades es lo que más le incomoda, aunque poco a poco se está acostumbrando. Y es que hay muchas cámaras de televisión que siguen de cerca cada instante, pudiendo contar aquí una anécdota. En la salida de Estados Unidos al tener tan cerca las cámaras se le olvidó ponerse los tapones en los oídos. Por suerte, le avisaron a tiempo desde el box.

La odisea de los estudios

Al estar tanto tiempo fuera, Sergio García tiene muy complicado compaginar el Mundial con los estudios, pero cuando está en casa cuenta con una profesora particular y también aprovecha para ir a clase al IES Llombai, donde cursa sus estudios. Con el centro también pacta la realización de los exámenes si la fecha en la que están programados se encuentra en plena competición.