Sergio Llull (MVP con 22 puntos, cuatro asistencias y triples decisivos) apareció justo a tiempo para conducir al Madrid al título de Copa frente al Valencia (97-95), el cuarto consecutivo, demostración de la época hegemónica que viven los blancos, que acumulan ocho finales consecutivas ganadas en competiciones ACB.

Con 10 puntos consecutivos, dos triples y un robo finalizado con una bandeja en los dos últimos minutos además de dos tiros libres, el base abrió una brecha suficiente para resolver la final de Vitoria, una de las de mayor nivel de los últimos años, peleada de principio a fin, que los valencianos también hicieron grande con su espléndida actuación y en la que dispusieron de la última posesión, a 9 décimas del final, para forzar la prórroga, que no lograron aprovechar.