El Barcelona perdió 2-0 en el Sánchez Pizjuán, donde naufragó sin su gran figura, Leo Messi, pagó cara su no convocatoria por Ernesto Valverde y encajó así su cuarta derrota de la temporada, la segunda en Copa, en su visita a un redimido Sevilla, que logró una buena renta para la vuelta en el Camp Nou. Los sevillistas, con una buena segunda mitad, tumbaron a un equipo azulgrana sin ideas y que echó mucho en falta a Messi, pues tuvo muy poca presencia en ataque y acabó pagándolo caro, ya que en el segundo tiempo encajó dos tantos, obra de Pablo Sarabia y del galo Ben Yedder, ante la mayor ambición y empuje de los andaluces.

Ambos afrontaban con muchas bajas este duelo entre el campeón y el subcampeón del torneo: unas obligadas por lesión (los locales Roque Mesa, Gonalons, Nolito, Gnagnon y los exazulgranas Munir y Aleix Vidal; y los visitantes sin Umtiti, Rafinha y Dembélé); y otras voluntarias por las rotaciones. La más llamativa, la de Leo Messi. La decisión de Ernesto Valverde —que también prescindió del principal baluarte enn la contención del centro del campo, Sergio Busquets— sorprendió. Aunque Messi solo jugó media hora en Liga ante el Leganés el pasado fin de semana, dejó en Barcelona al astro argentino, el que siempre marca la diferencia y el gran verdugo del Sevilla, al que le ha hecho 32 goles en 35 partidos (siete en finales y, para más inri, nueve en Nervión).

DEBUT DE BOATENG / Valverde revolucionó además su once con el debut de su último fichaje, el ghanés Kevin-Prince Boateng, casi recién bajado del avión, en lugar del uruguayo Luis Suárez, suplente como Alba o Coutinho. El Sevilla se aprovechó del experimento y, tras tantear al Barça en la primera parte, le asestó dos duros golpes tras el descanso.