El Sevilla dio la cara en el Allianz Arena, pero le faltó pegada para sorprender al Bayern, que alcanza su sexta semifinal consecutiva. No se vio demasiado apurado el campeón alemán para hacer bueno el resultado de la ida (1-2), aunque el escenario pudo ser bien distinto si Correa llega a precisar su cabezazo al inicio del primer tiempo y no manda al larguero la pelota centrada en una falta. Fue la ocasión más clara del equipo andaluz, que no se volvió loco para buscar la remontada y no acabó encontrando más huecos para rozar otra proeza.

Los alemanes, que se desquitan así de su eliminación el pasado año en los cuartos por el Real Madrid, controlaron bien un choque muy equilibrado y sin muchas opciones claras de gol, en el que el Bayern pudo adelantarse al final del primer tiempo, con una ocasión del francés Ribery, y en el segundo el equipo español, que ansiaba entrar por primera vez en las semifinales de Champions, con el citado balón al larguero por medio de Correa, pero les faltó más pegada.

Conscientes del premio que había en juego, y pese a la renta de 1-2 que los germanos tenían de la ida, ambos equipos salieron con intensidad, pero con cabeza.

Un partido en el que en líneas generales dominó más el Bayern pero en el que los hispalenses dieron la cara y buscaron en todo momento ese gol que les metiera a tiro de uno para pasar, pero que al final no llegó.