La Liga ya no es tan blanca. El Madrid cayó derrotado tras 40 partidos sin perder, arrollado en el Sánchez Pizjuán por el Sevilla en un arreón final que descolocó completamente al líder. Sobre todo a Sergio Ramos, que concedió el empate con un tanto en propia puerta después de un penalti convertido por Cristiano Ronaldo. La remontada la acabó firmando en el tiempo añadido Jovetic con un derechazo tremendo que sorprendió a Keylor Navas.

Se veía el equipo de Zidane en camino de superar la exigente prueba sevillista de la penúltima jornada de la primera vuelta y, lo que son las cosas, allí apareció su capitán para provocar el delirio en la afición local, que no había dejado de increparle cada vez que tocaba el balón. Perdió la cabeza de manera muy distinta a cómo lo hizo en el partido de Copa y acabó convertido en el gran artífice involuntario de la reacción de un Sevilla que se había visto por debajo en el marcador debido a una salida insensata ante Carvajal de su portero, Sergio Rico, mediada la segunda parte.

NUEVO SISTEMA // Le había ocurrido eso al conjunto sevillista después de no haber decidido ir a buscar de entrada al Madrid, como hizo tres días antes. Zizou, que así lo había esperado, cambió el dibujo para meter tres centrales, con Carvajal y Marcelo en banda para sumar en el centro del campo junto a Casemiro, Modric y Kroos. La apuesta menos arriesgada del cuadro andaluz y las precauciones madridistas abrieron las puertas a un partido sin dominador. Marcó Ronaldo (tras lío con Vitolo por pisotear el punto de penalti para dejarlo en mal estado antes del lanzamiento) y el Madrid pensó en dormir el choque e intentar sorprender de nuevo al Sevilla en una jugada aislada, pero la acción de Ramos cambió la suerte del partido.