No miró a ninguna cámara como hizo en el Bernabéu hace cinco años cuando calificó al José Mourinho como “el puto amo”. Ni tampoco buscó Pep Guardiola esquivar cualquier coartada. Tiene una última bala (o penúltima si elimina al Atlético), pero quiso despedirse de la Champions en Múnich con un espectacular discurso, en el que se calificó hasta en cuatro ocasiones de “contracultural” por venir a Alemania para imponer su idea. Es su última, o penúltima, bala para llegar a la tercera opción de llevar al Bayern a una final de Champions League.

No le queda otra opción. Se va Guardiola de Alemania “feliz”, a pesar de que todavía no ha concluido su obra. Dependerá, por supuesto, del Atlético (hoy, 20.45 horas por Antena 3), “un equipo al que cuesta mucho meter mano” en una batalla que trasciende lo puramente futbolístico.

“Sí, yo también tengo miedo como el señor Simeone, siempre pienso que el contrario es mejor que nosotros y tiene más virtudes”, admitió el técnico, quien insistió en una idea troncal para superar al tercer equipo español que se cruza en su camino en las semifinales. “Lo que necesitamos es defender bien, interpretar nuestro juego bien”, reclamó. “Simeone hace lo que hace porque lo siente. Y yo también siento lo que hago”, confesó Pep.

Para dicho duelo, Guardiola ya dispone del central Jerome Boateng -regresó ante el Borussia Mönchengladbach-, mientras que Arjen Robben volverá a ser baja --problemas de abductores-- y el francés Franck Ribery es duda por problemas de espalda.

En cuanto al Atlético de Madrid, Simeone convocó a toda la plantilla, donde la única baja del equipo para el choque el lesionado de larga duración Tiago, y en la que recupera a su líder defensivo, el uruguayo Diego Godín, y a uno de sus futbolistas diferentes por desborde, velocidad y regate, el belga Yannick Carrasco. H