David Ferrer jugará la final del Abierto de Suecia después de derrotar en semifinales a Fernando Verdasco por 6-1, 6-7 (3-7) y 6-4. Pese a que el duelo contra Alexandr Dolgopolov supone la primera final del alicantino en 19 meses (y la cuarta de su carrera en Bastad), a Ferrer le ha robado protagonismo un simpatizante nazi que ha saltado a la pista y ha gritado consignas de esa ideología.

El hombre saltó tranquilamente a la pista en el segundo set, levanto el brazo derecho con el puño cerrado y gritó "Hell Seger!", una traducción al sueco del lema nazi "Sieg Heil (Salve victoria)". El juez de silla detuvo el partido y el hombre fue retirado por los guardias de seguridad.

Ferrer, octavo favorito del torneo y actualmente instalado en el puesto 46 de la clasificación mundial, no disputa una final desde que ganó el título en Viena el pasado 25 de octubre del 2015. Ante Dolgopolov, que batió al ruso Andrey Kuznetsov por 6-3 y 6-2, disputará su 14º duelo directo, de los que el español ha ganado 9, aunque el último, este año en Río, se lo llevó el ucraniano.