El Trofeo Teresa Herrera le ha jugado una mala pasada al Villarreal. La segunda derrota de la pretemporada es pura anécdota, pero la lesión de Soldado es un serio varapalo para un equipo que tendrá que afrontar la previa de la Champions solo con Pato como único delantero nato... y todavía en medio de la puesta en forma. Fue la peor noticia de un Villarreal que perdió (2-0), pero que dominó la mayor parte del tiempo. Una vez más, quedó claro que el entramado ofensivo del equipo se halla en plena fase de rodaje.

Marcelino tiene que preparar la previa de la Champions a contrarreloj. Seguramente, si este doble partido se jugase 10 días después, el técnico soportaría un estrés mucho menor. Sabe que posee un buen plantel, pero con el tiempo más que justo para ponerlo a rodar a máxima velocidad. Y, además, con algunas piezas que no estarán disponibles para la cita: sin Víctor Ruiz, Bakambu, Sansone, Cheryshev ni Soldado. Demasiados inconvenientes para que este Villarreal, con un gran potencial ofensivo, pueda exhibir su poderío ante el Mónaco. Por ello, ayer optó por tomarse el partido como un entrenamiento más y no como un ensayo, el penúltimo antes de la Champions. Del once de Riazor se intuye que tres o cuatro de los titulares no serán de la partida ante los del Principado (Bruno se quedó en el banquillo por precaución).

El Deportivo comenzó muy revolucionado. Era su presentación y su deseo de ofrecer una buena imagen le transfirieron un plus de motivación. Tuvo la fortuna de marcar a los seis minuto, en una indecisión de Andrés que aprovechó Andone. Esa aproximación y una posterior de Albentosa, que desbarató felinamente el portero, se convirtieron en el balance de llegadas del Deportivo.

REACCIÓN // El Villarreal empezó a coger peso en el partido, empujado por Soriano y con Trigueros asumiendo galones. La movilidad de Sansone, junto su velocidad y habilidad en el regate, pusieron en aprietos al Depor. Pero a este equipo de Marcelino le sigue faltando gol. Pato tuvo una ocasión clarísima que evitó Lux y, en la acción posterior que le cayó a Soriano, salvó in extremis Albentosa.

El inicio de la segunda parte vino marcado por el susto de Soldado. El Villarreal se quedó afectado por el percance. Pero la fiereza del Deportivo, igual que en la primera parte, se fue diluyendo, en la misma medida que los amarillos se marcharon hacia el área gallega. El acoso era absoluto pero, en el último suspiro, un error garrafal de Trigueros fue rematado por Carles Gil para sentenciar el Teresa Herrera con un 2-0 tan irreal como injusto. H