La acumulación de partidos, la falta de continuidad por las lesiones, el hacinamiento de competiciones, el nivel de los rivales, la condición humana de sus jugadores… Solari se cansó de intentar encontrar un grupo de excusas satisfactorias que rebajen el nivel de decepción que aglutina el madridismo. Este domingo, el Madrid recibe a la Real Sociedad, con nuevo entrenador tras el fiasco de Garitano, otra oportunidad para recuperar unas sensaciones que se atisban ya demasiado alejadas, después del último empate ante el Villarreal.

“Los futbolistas no son máquinas, es duro jugar un partido cada tres días. Lo importante es seguir escalando posiciones, hemos pasado del noveno al cuarto”, dijo en manera reivindicativa para poner en valor un puesto raquítico para las aspiraciones blancas. Terminó con un excesivamente ilusionado “la lucha es hasta el final”, casi obviando que la pelea por el primer puesto se aleja con cada victoria que el equipo no consigue, pese a la ayuda involuntaria que, hasta ahora, han prestado Barça y Atlético a la causa blanca con sus irregulares resultados.

“Asumir y enfrentar las situaciones difíciles es en lo que consiste el carácter ganador, no en colgarse las medallas fáciles” comentó Solari en la idea, probablemente, más cercana a la realidad que comentó. Instantes después volvió a sumir su discurso en una realidad paralela por la que él transita feliz y bromista: “Eso es lo que venimos haciendo, y estamos contentos”, aseguró.

EL DESHIELO CON ISCO

En el proceso de deshielo con Isco, el entrenador argentino ya pronuncia su nombre sin que pareciera que le va producir urticaria, pero sus halagos hacia el malagueño siguen teniendo un punto de vacío, de superficialidad, de mensaje público de cariño, pero en realidad el papel del atacante no ha cambiado dentro del equipo. “Tiene tanta calidad que puede jugar en cualquier zona del campo”, dijo Solari, obviando la cuestión central de en qué posición le va a dar una importancia real en el sistema de juego, por qué lo utiliza en banda y, tras el partido, se queja de que al equipo le faltó velocidad, por qué no explota sus mejores virtudes jugando por la parcela central.

“Creemos que es algo leve, nada preocupante”, aclaró Solari respecto a Bale, víctima de otro parón liviano, pero que se acumula en el repleto currículum de ausencias del galés, que se retiró al descanso en el partido en el Estadio de La Cerámica y se espera que vuelva a estar unos días de baja.