No es la primera vez que ocurre, ni será la última. La vida en las carreras (y más las de motos, donde sí hay auténtica rivalidad, competencia) es continuamente así: ganas, pierdes, alegrías, tristezas, sonrisas y lágrimas. Y de todo, y más, mucho más, hubo en el 'paddock' de Assen, el lugar más mítico de la historia delmotociclismo, pues es el único circuito donde siempre, siempre, siempre, se ha corrido.

Hubo sonrisas y lágrimas en el equipo oficial Yamaha, donde su debutante Maverick Viñales, quien ganó las dos primeras carreras del año (Qatar y Argentina), superaba por 37 puntos al campeonísimo Marc Márquez tras esas dos carreras, se cayó ayer estrenando el mismo chasis que convirtió en ganador a su vecino de box, Valentino Rossi. 'MVK' ve ahora cómo está rodeado de hambrientos lobos, más viejos que él, capaces de convertir, su primer cetro mundial en una tortura más que en el paseo que podía adivinar al abandonar Doha.

AGRADECIDO A DOVIZIOSO

«Solo puedo decir que la moto hizo un extraño, un movimiento rarísimo, que no había hecho en todo el fin de semana, y me tiró, me escupió de detrás y aún no sabemos qué ha ocurrido», reconoció un entristecido Viñales, que agradeció a Andrea Dovizioso (Ducati), el nuevo líder de MotoGP, «que hubiese sido tan, tan, habilidoso como para sortearme, driblarme en la pista y salvarme de un desastre, pues me podía haber atropellado y hecho mucho, mucho, daño».

Ni que decir tiene que su vecino de box, al que él dice admirar «y mucho, pues ha estado excepcional», estaba como unas castañuelas. «Ahora me siento realmente feliz, pues he recuperado el buen rollo con mi moto, ya que en las primeras carreras estaba incómodo, no era yo, no iba rápido. Este nuevo chasis me permite pilotar como yo quiero», reconoció Valentino Rossi, que este lunes viajará a Sachsenring (Alemania) donde, este fin de semana, vuelve a haber gran premio. «Eso sí, la fábrica aún no me puede facilitar otro chasis de estos nuevos y, en Alemania, tendré solo uno. Suficiente».

En la otra esquina, en el team Honda, la sonrisa «enorme» era deMarc Márquez, que, sin la mejor moto de la parrilla, sigue metido en la pelea por su cuarto título en cinco años en MotoGP. «No me sabe mal haber perdido esa sensación de riesgo total sin miedo a caerme que tenía en el 2014, pero es evidente que, mientras estemos en fase de mejorar la moto, de encontrar la manera de conseguir más aceleración y mejor paso por curva, tenemos que seleccionar los sitios donde arriesgar. Hoy, aquí, en Assen, tocaba podio y jugármelo todo en la última vuelta, que es donde he echado el resto para evitar que Cal [Crutchlow] y Andrea [Dovizioso] me quitasen el podio», explicó Márquez, mientras Dani Pedrosa se lamentaba por «no saber cómo calentar los neumáticos». «Tendré que aprender; así no puedo seguir».

LORENZO, UN DÍA PARA OLVIDAR

Y aún un poquito más allá, el cielo y el infierno. Jorge Lorenzo (15º en carrera) y 'Dovi' (5º), nuevo líder de MotoGP. Sí, se trata del equipo oficial Ducati, donde el italiano, que tuvo al alcance de la mano el podio llegando desde atrás, terminó convirtiéndose en el nuevo líder del campeonato, mientras el tricampeón mallorquín reconocía que «esta carrera es un paréntesis negativo en la buena evolución que llevo con la nueva Ducati».